Skip to main content
  • El vaginismo, al igual que la dispareunia, supone el dolor al tener relaciones sexuales. Sin embargo, el segundo incluye una imposibilidad física de introducir cualquier elemento en la vagina. Aunque no hay una única causa, en general se debe a traumas en el ámbito sexual o en la educación que se entrega. Es clave buscar tratamiento, especialmente porque es más común de lo que se piensa.
  • El tratamiento para el vaginismo requiere que se quiten las vergüenzas y prejuicios en relación a la misma condición. No es un problema aislado, es muy común entre las personas con vagina y hay muchas formas diferentes de solucionarlo. Una vez se logra tratar generalmente no se vuelve a presentar.
  • Al tratar el vaginismo con apoyo kinesiológico se genera un trabajo desde la educación sexual, el autoconocimiento muscular y aprender a bajar la alerta cuándo objetos entran en la vagina, especialmente si tienen formas, texturas y desniveles.

¿Te sucede que tu vagina no permite la introducción de ningún elemento? ¿Incluso ponerte un tampón es extremadamente doloroso? ¿Quizá el simple hecho de pensar en realizarte exámenes ginecológicos te pone los pelos de punta? No estás sola. El vaginismo, la contracción involuntaria de los músculos del piso pélvico, especialmente los de la vagina, es una condición muy común entre la sociedad. Sin embargo, está envuelto en tabú y falta de reconocimiento profesional. Una revisión bibliográfica concluyó que las mujeres se encuentran con dificultades al buscar y recibir ayuda, incluso a través del sistema de salud”. Por ello se estima que entre 5 a 68 mujeres de cada 100 en el mundo se ven afectadas en algún grado de vaginismo. Para conocerlo, Vida y Salud conversó con las licenciadas en Kinesiología Marcela Polonsky y Juliana Soccoccia, del centro kinesiológico especialista en piso pélvico, KIM.

¿Qué es el vaginismo?

Ocurre cuando hay una contracción involuntaria de los músculos del piso pélvico y eso impide la introducción de cualquier elemento dentro de la vagina lo que genera mucho dolor. En general se consulta cuando tiene relación con el coito, con la imposibilidad de tener penetración, pero al preguntarse vemos que nunca han podido hacerse un examen ginecológico, nunca pudieron colocarse un tampón ni hablar de la masturbación interna.

Entre la dispareunia, que es el dolor durante las relaciones sexuales [por diversas causas], y el vaginismo, hay una delgada línea, principalmente porque en la primera es posible el coito, mientras que en el segundo no es posible.

¿Qué es lo que detona esta situación? ¿Es puramente psicológico?

Hay de todo. Hay gente que, debido a un trauma a nivel sexual, genera una contracción involuntaria como respuesta a eso, pero hay veces donde no hay una causa aparente. Incluso disfrutan de su sexualidad, pero igual se les produce la contracción.

Mucho de lo que se habla es a nivel psicológico también: los mandatos familiares o relaciones con una madre muy estrictas y presentes en la educación sexual donde producen traumas. Si nos educan como que es algo sucio, algo que está mal, lo que estamos haciendo, es probable que nos contraigamos para evitar ese momento.

Pero no, no es posible confirmar la razón específica, porque a veces no se sabe bien qué lo gatilla. Eso sí, como algunas personas ante una tensión tienen cefalea, otras personas pueden aumentar la tensión en la musculatura del piso pélvico. También está la falta de lubricación, algunos cambios en la menopausia o el postparto. Pero a veces es dolor que lleva a vaginismo, sin más.

Es importante perder un poco la vergüenza y el miedo porque son un montón de mujeres que tienen vaginismo. Primero tenemos que darnos cuenta de que no estamos solas y después es clave saber que hay un montón para hacer, para resolver nuestras dificultades. Si intentamos forzar la situación, esta empeorará.

¿Afecta a la vida diaria?

No en general. Porque es un dolor que aparece en el momento de intentar introducir algo, si no lo haces no tienes dolor. Yo tengo muchas pacientes que, al intentar tener parto vaginal, terminan necesitando cesárea, es en ese instante cuándo les aparece el vaginismo. Además, hay grados: el primario donde nunca han podido introducir nada, y el secundario, que aparece a causa de un evento concreto. Si nuestras relaciones sexuales no están totalmente consensuadas, de esas que aún no estamos del todo seguras de hacerlo, ese encuentro puede ser doloroso y la próxima vez iremos con la anticipación negativa y con más tensión, construyendo de a poco el vaginismo.

¿Hay algunas acciones que se pueden probar antes de considerar visitar al profesional de salud?

Primero que todo es clave que participe nuestra pareja sexual, que se involucre en el proceso y tenga paciencia. Luego también debemos hablar de nuestras dificultades con nuestro ginecólogo. También conociendo el historial puede apoyar y derivar.

Si ven que sienten dolor en la relación sexual, lo primero es probar con lubricantes, si resuelve entonces genial. Luego, si incluso con lubricante duele, tenemos que tomar un tiempo para entrar en el momento del encuentro. Muchas veces venimos con un montón de cosas y nos cuesta relajarnos para desear el encuentro. Pero en todo sentido, si apuramos las cosas, aparece el dolor, la tensión. Como cualquier cosa en la vida, debemos tomarnos tiempo, como al ir al baño o comer.

En el siguiente artículo te contaremos sobre los tratamientos y que esperar en una consulta kinesiológica de piso pélvico.

 

Por Carlos Diego Ibáñez
© 2024 Hispanic Information and Telecommunications Network, Inc (HITN). All rights reserved.
Imagen: ©Shutterstock / Peakstock

Comentarios de nuestra comunidad