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El brote más reciente del virus ébola, que desde marzo azota sin descanso el África Occidental ha causado ya unas 5,500 víctimas, según las últimas cifras oficiales. Con una tasa de mortalidad del 53 por ciento en los casos actuales, y sin vacuna ni tratamiento efectivo para detenerlo, se ha convertido en una de las enfermedades más letales del mundo y una emergencia internacional. ¿Cuánto sabes sobre este virus o de su propagación? Entérate aquí.

Seguramente habrás visto en los noticieros y en los periódicos continuamente reportes sobre el brote más reciente de ébola en África Occidental, específicamente en Guinea, Nigeria, Liberia y Sierra Leona. No es la primera vez que el virus afecta a la población del continente africano – aunque es la primera vez que aparece en esa zona- sólo que previamente los brotes fueron menos extensos y se pudieron contenerse con más facilidad. El brote de este año, que comenzó en marzo, debido a la escasez de medios y de infraestructura médica entre otros factores, ha sido el más extendido y mortal que se haya registrado hasta la fecha.

¿Qué es el ébola?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ofrece datos interesantes sobre este virus cuya fama ha ido creciendo recientemente.

  • El virus del ébola es uno de tres géneros que pertenecen a la familia de los Filoviridae (filovirus).
  • La infección con el virus, anteriormente conocida como fiebre hemorrágica por ébola, es una enfermedad severa y a menudo mortal en los humanos. La tasa de mortalidad puede alcanzar hasta el 90 por ciento.
  • Se aisló por primera vez en 1976, año en que se produjeron dos brotes simultáneos: uno en Nzafra, Sudán y el otro en Yambuku, República Democrática del Congo, en una aldea cercana al Río Ébola y de ahí se deriva desde entonces su nombre.

¿Cómo se transmite?

El portador natural del virus del ébola es un murciélago de la familia de los Pteropodidae, pero también se ha encontrado en otros animales como los puercoespines, los primates y los antílopes salvajes. De los animales el virus pasa a los humanos, entre los que comienza a propagarse por contacto directo, a través de las mucosas o heridas en la piel, con los líquidos de la persona infectada (sangre, orina, saliva, heces fecales y otras secreciones), o a través de objetos que han sido contaminados con el virus. Al cuidar a una persona infectada con síntomas (un familiar o un proveedor de salud sin la protección adecuada). Al preparar a alguien para un entierro o enterrar a alguien que falleció por el virus del ébola si no se tiene la protección correcta.

De acuerdo a la OMS, los varones que se han recuperado de la enfermedad, pueden transmitir el virus a través del semen durante 7 semanas después de que se han recuperado.

El virus del ébola no se transmite a través del aire, como el virus de la gripe, por ejemplo, ni tampoco a través de la comida o el agua. Solamente puede adquirirse de contacto directo con la sangre, las secreciones, los órganos o los líquidos de un animal portador del virus de ébola o a través del contacto directo con una persona infectada que ya manifieste síntomas (las personas no son contagiosas hasta que éstos aparecen) como mencioné anteriormente.

Los síntomas del ébola

El virus del ébola tiene un período de incubación de 2 a 21 días. Los síntomas pueden aparecer tan pronto como a los dos días, aunque la mayoría de los pacientes los experimentan entre los 8 y los 9 días. Entre los signos y síntomas del ébola se encuentran los siguientes:

  • Fiebre (más de 38.6º C/101.5º F) que puede llegar a subir a los 103º a 105º F (39.4º – 40.5º C)
  • Dolor de cabeza severo y dolor de garganta
  • Debilidad extrema
  • Dolores musculares (dolores en las articulaciones)
  • Diarreas y vómitos intensos (aparecen por lo general de 1 a 2 días después que se ha presentado la fiebre y el dolor de cabeza)
  • Dolor abdominal (de estómago)
  • Falta de apetito
  • Pérdida de peso

Como el virus afecta la capacidad de coagulación de la sangre, tan pronto como a las 24 – 48 horas de aparecer otros síntomas, puede presentarse sangrado nasal (de la nariz) o por la boca, así como por ampollas sangrantes en la piel o por el recto. Puede haber sangrado interno.

Cuando la enfermedad progresa puede causar que varios órganos fallen y finalmente puede causar la muerte.

Cómo se diagnostica

Se sospecha clínicamente basado en los síntomas y las signos mencionados. Se confirma con un examen de sangre que identifica al virus. Esa prueba se realiza en algunos laboratorios, en Estados Unidos, por ejemplo, se hace en los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y puede realizarse por un ensayo inmunoenzimático (conocido como ELISA, por sus siglas en inglés, por enzyme-linked immunosorbent assay) o por la reacción en cadena de la polimerasa de transcriptasa inversa (conocida como PCR, por sus siglas en inglés).

Cómo se trata

Actualmente no existe un tratamiento conocido y probado para el ébola, aunque se han utilizado tratamientos experimentales en algunos pacientes durante este brote que quizás puedan utilizarse efectivamente en el futuro. Hasta el momento, el tratamiento estándar consiste en tratar y aliviar los síntomas a medida que se presentan:

  • Equilibrar los líquidos y electrolitos del paciente
  • Mantener niveles adecuados de oxígeno y presión arterial
  • Tratar a los pacientes cuando se presenten complicaciones con otras infecciones o cuando haya otros órganos comprometidos

Según los especialistas en enfermedades infecciosas, el virus del ébola es difícil de combatir porque no se limita a atacar un órgano o tejido determinado, sino que su impacto es más generalizado. El virus de la influenza, por ejemplo, afecta al sistema respiratorio, mientras que el virus del ébola ataca a varios órganos y sistemas, como el corazón, los pulmones, el cerebro, el hígado y los riñones. Este impacto en el organismo es acumulativo: cada vez que se suma un órgano nuevo, las oportunidades de sobrevivir se reducen enormemente. El organismo, por su parte, responde al ataque del virus iniciando una respuesta inflamatoria masiva e intensa que empeora el daño que ya de por sí ha hecho el virus. La enfermedad es altamente peligrosa debido a esta combinación específica del daño ocasionado por el virus y la respuesta inflamatoria del organismo, tan severa, que frecuentemente resulta mortal incluso en personas jóvenes y saludables que podrían defenderse adecuadamente de una infección. La primera línea de defensa consiste en administrar líquidos a las personas infectadas precisamente para reducir los daños causados por la inflamación. La atención médica inmediata es un factor clave para la supervivencia, aunque muchas veces resulta difícil de diagnosticar en su etapa más temprana ya que los síntomas iniciales (dolor de cabeza, fiebre o dolor de garganta) pueden confundirse con los de otras condiciones.

Prevención

No existe una vacuna para el ébola, aunque a principios de agosto, unos funcionarios de la OMS anunciaron que durante el próximo mes de septiembre podría comenzar la primera ronda de ensayos clínicos para la creación de una vacuna fabricada por la compañía farmacéutica GlaxoSmithKline.

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades en Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés), recomiendan que los profesionales de la salud aprendan a reconocer los casos de infección por ébola y estén listos para utilizar medidas de aislamiento para los pacientes y protección para el personal médico. Entre estas medidas están:

  • El uso de ropa protectora (máscaras, guantes, gafas protectoras y vestimentas protectoras)
  • Esterilización del equipo médico
  • Uso de desinfectantes
  • Aislamiento de los pacientes para evitar el contagio de otras personas

Aun tomando todas las medidas de precaución, el brote sigue haciendo estragos. Por esa razón, el pasado 8 de agosto la Organización Mundial de la Salud declaró al ébola como una emergencia internacional de salud pública y llamó a una respuesta coordinada internacional para detener su propagación. Las Naciones Unidas, la OMS y los Centros para el Control y Detección de Enfermedades (CDC) han unido esfuerzos para contener al virus del ébola: se ha establecido una advertencia de viajes de nivel 3 que prohíbe los viajes a la región que no sean esenciales y se ha pedido ayuda a un mayor número de profesionales para auxiliar a las áreas rurales, así como el uso de equipo médico más moderno para contener el virus cuanto antes.

Si una persona debe viajar a alguno de los países afectados, o en donde se hayan reportado casos de infección por ébola, los CDC recomiendan lo siguiente:

  • Poner en práctica medidas estrictas de higiene.
  • Evitar el contacto con sangre u otro tipo de líquido humano
  • No ponerse en contacto con animales o carne cruda
  • Evitar acudir a hospitales en donde se estén tratando a pacientes infectados por el ébola (las embajadas y los consulados estadounidenses pueden proporcionar información sobre los locales de asistencia médica que resulten seguros para sus ciudadanos. Consulte con la embajada o el consulado de su país si necesita viajar y tiene dudas).
  • Al regreso del viaje, la persona debe vigilar y monitorear su salud durante 21 días. Si siente o nota alguno de los signos o síntomas relacionados con el ébola, debe buscar asistencia médica de inmediato.

Confiemos en que la labor conjunta de los expertos, los gobiernos y la población general logre contener este brote cuanto antes para que no se produzca ni una víctima más y además, se intensifiquen las investigaciones para crear vacunas y tratamientos efectivos para estar preparados y salvar vidas en cualquier brote en el futuro.

Artículo actualizado el 28 de octubre, 2014

Imagen © Thinkstock / Castaldo Studio

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