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Las dietas relámpago (crash diets), muy bajas en calorías, se han asociado a un aumento en el riesgo de desarrollar cálculos en la vesícula. Aquí te contamos más detalles sobre esta investigación para que puedas elegir cómo bajar de peso de manera saludable.

El  tomar la decisión de iniciar una dieta para bajar de peso es importante porque implica esfuerzo y dedicación, entre otras cosas, ya que para que tenga éxito es necesario cambiar nuestros hábitos, lo que no es sencillo. En esta búsqueda por la dieta más apropiada para cada uno, algunos elegirán cambios drásticos con resultados inmediatos y otros, en cambio, preferirán hacerlo poco a poco, con resultados a largo plazo.

Una de las opciones para quienes desean bajar de peso rápidamente es seguir una dieta de muy pocas calorías, conocida como dieta relámpago o, en inglés, crash diet. El tema es si en verdad estos planes alimenticios son más efectivos que los otros o si, a largo plazo, ambas dietas ofrecen resultados similares.

Otro punto importante que se debe tener en cuenta, es la seguridad de cada tipo de dieta. Por ejemplo, se considera que las de muy bajas calorías influencian el contenido de sal y colesterol de la bilis (un líquido que ayuda a la digestión) y el vaciamiento de la vesícula (que acumula la bilis a medida que esta fluye del hígado hacia el intestino). Ambas cuestiones pueden contribuir a la formación de cálculos biliares, que son como piedritas que se forman dentro de la vesícula.

En base a esta hipótesis, un grupo de investigadores del Instituto Karolinska, en Suiza, decidió estudiar el riesgo real de estas dietas en el desarrollo de cálculos en la vesícula (o piedras en la vesícula). Para eso, recolectaron información de las personas que seguían programas para perder peso, en una compañía para perder peso de Suiza llamada Intrim, y la asociaron con la base de datos nacional que registra los tratamientos para cálculos biliares.

El estudio incluyó a más de 6,600 pacientes a dieta, la mitad de los cuales siguió una dieta relámpago mientras que la otra mitad hizo una dieta baja en calorías. El plan alimenticio de los participantes del primer grupo incluía comidas líquidas de solo 500 calorías por día, durante diez semanas, seguidas de una introducción gradual de comida sólida y nueve meses con un régimen de mantenimiento mediante ejercicios y alimentación saludable. El otro grupo siguió una dieta de 1,200 a 1,500 calorías por día, que incluía dos comidas líquidas durante tres meses, seguidas de nueve meses de mantenimiento.

Luego de tres meses de participar en estos programas para perder peso, los que seguían las dietas relámpago o muy bajas en calorías habían perdido alrededor de 30 libras (más de 13 kilos) y los que seguían las dietas bajas en calorías habían bajado 17 libras (casi 8 kilos). Un año después, el promedio de pérdida de peso fue de 24.5 libras (casi 11 kilos) para el primer grupo y 18 (poco más de 8 kilos) para el segundo.

Según se desprende de los resultados de esta investigación, que fueron publicados en International Journal of Obesity, 48 de las personas que siguieron dietas relámpago desarrollaron cálculos biliares que necesitaron tratamiento en el hospital, mientras que sólo 16 personas que siguieron dietas bajas en calorías tuvieron este problema.

Aunque no se pudo determinar el porqué de esta relación, este hallazgo llama la atención sobre la importancia de seguir el asesoramiento de un especialista, siempre que quieras hacer una dieta de este tipo, para evitar complicaciones y para que puedas elegir el plan nutricional más apropiado para ti, sin correr riesgos. Por eso, si estás pensando en perder esos kilos o libras de más, consulta con tu médico.

Imagen © iStockphoto.com / Erik Reis

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