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Miles de adolescentes se hacen esta pregunta ante la insistencia de sus padres que se tomen su vaso de leche diariamente y la importancia del calcio para su crecimiento. Lo cierto es que en esa época de la vida, la leche puede parecer una bebida “aburrida” que los jóvenes reemplazan por otras menos nutritivas. Si no te gusta la leche, puedes obtener el calcio de otras fuentes alimenticias igualmente nutritivas.

Hoy en día, muchos adolescentes están rompiendo relaciones con la leche. La ya conocida frase “tómate la leche” que repiten de forma insistente las mamás de los chicos jóvenes ha hecho que éstos empiecen a cuestionar si en realidad necesitan tomar leche, si ya no son bebés.

Si bien la leche, por supuesto es para los bebés, también lo es para los adultos. Su importancia radica en que es una excelente fuente de calcio y otros nutrientes. Durante la adolescencia, que es la etapa de transición hacia la adultez, los huesos crecen rápidamente y necesitan estar fuertes. El calcio es esencial para lograrlo.

Pero no son sólo los huesos los que se benefician de una dieta rica en calcio. Los músculos también lo necesitan para contraerse; los nervios para transmitir mensajes y las hormonas para ser liberadas. Si no consumes el calcio necesario durante estos años de crecimiento, tu organismo empieza a tomar el calcio de los huesos para utilizarlo en otras funciones, y eso los debilita.

Entrar a la adultez con huesos débiles te hace un perfecto candidato o candidata para sufrir de problemas óseos (de los huesos) en el futuro. Las jovencitas en especial, pues las mujeres son más propensas a sufrir de condiciones como la osteoporosis en la madurez.

Los adolescentes necesitan en promedio tres porciones de lácteos (leche y sus derivados) al día. Por ejemplo, si desayunas cereal y le pones una taza de leche, en el almuerzo comes un yogurt bajo en grasa de postre y por la noche comes un emparedado (sándwich) de queso, estás ingiriendo suficiente calcio.

Si no te gusta la leche o sus derivados, no te preocupes. Puedes obtener el calcio que necesitan tus huesos para crecer sanos de otras fuentes alimenticias como los vegetales u hortalizas de hoja verde como la col rizada, los nabos, el repollo chino, el brócoli y las espinacas. Además, el salmón, las sardinas, las nueces, las almendras, las gemillas de girasol, los frijoles (porotos o habichuelas) y las legumbres secas, que son excelentes fuentes de calcio.

Hoy en día, el calcio también se agrega algunos panes, al jugo de naranja, a algunos cereales y a la leche de soya.

Como ves, tienes muchas alternativas para obtener el calcio que necesitas de otros alimentos si es que no te gusta la leche. Pero recuerda que el calcio es indispensable para mantener a tus huesos fuertes y que la leche es un alimento muy nutritivo a cualquier edad, de hecho, está recomendado como parte de una dieta balanceada.

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Imagen: ©Shutterstock / Rido

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