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Ni tanto que queme al santo ni tan poco que no lo alumbre, dice el dicho. A la hora de desayunar, lo ideal parece ser el equilibrio. Un grupo de investigadores alemanes encontró que los desayunos abundantes no ayudan a disminuir la cantidad de calorías consumidas a lo largo del día, algo que debes considerar especialmente si quieres perder peso. ¿Y tú, cómo desayunas?

El desayuno puede ser todo un ritual. En Inglaterra son famosos “los sausages & bacon” (las salchichas y el tocino), en los Estados Unidos nunca faltan los cereales, los argentinos se deleitan con el café con leche y las medialunas, en Colombia prefieren la arepa con café o el chocolate caliente y en México el platillo central del desayuno suele ser el de los huevos preparados de distintas formas, acompañados con frijoles con chile, tortillas y jugo de frutas. ¿Y en tu casa, qué desayunan?

Algunas personas no pueden empezar el día sin desayunar, otras sólo toman café cuando llegan a la oficina, algunos toman desayunos abundantes y nutritivos porque sienten que así tendrán más energía para empezar el día y otros, por el contrario, prefieren dormir hasta el último minuto y luego salen apurados para no llegar tarde al colegio o al trabajo.

¿Hay algún estilo que sea mejor que otro? En verdad, los médicos y los dietistas registrados no recomiendan pasar por alto el desayuno ya que es muy importante. Muchas personas evitan desayunar, ya sea porque están a dieta o porque prefieren no comer para dormir un rato más, pero esta práctica no es saludable.

Varios estudios han demostrado que quienes no desayunan suelen tener peores hábitos alimenticios y son más sedentarios y propensos a tener colesterol alto. Otras investigaciones han asociado la falta del desayuno con el aumento de peso y hasta con el aumento de los factores de riesgo de las enfermedades cardíacas.

Sin embargo, si bien es muy importante desayunar, también es importante mantener un equilibrio. Es decir, que sea necesario desayunar no significa que el desayuno deba ser excesivamente abundante. Muchas personas convierten al desayuno en una comida más y en algunos lugares hasta es más abundante que el almuerzo, cuestión de costumbre. Pero de ser así sería importante no excederse luego en las comidas, a lo largo del día.

Ni en un extremo ni en otro, el desayuno debería ser equilibrado, algo que no siempre se cumple. Al respecto, un grupo de investigadores de Alemania, del Centro Else-Kroner-Fresenius de Medicina Nutricional de Múnich, dieron a conocer un estudio en el cual encontraron que quienes tomaban desayunos muy abundantes tendían a consumir más calorías al final del día, que aquellos que eran más moderados a la hora de levantarse.

Además, corroboraron que el hecho de comer más en el desayuno no hace que las porciones sean menores en las siguientes comidas. A lo sumo evitan comer algo a media mañana, pero esto no compensa el exceso de calorías ingerido.

De ser así, la sugerencia es que te tomes cinco minutos para repensar cómo comienzas tu día y si es necesario que cambies algo en tu dieta, ya sea porque comes poco o porque comes mucho en el desayuno. Recuerda que los dos extremos son malos, y en cuestión de salud y nutrición, siempre es bueno elegir los alimentos con inteligencia y comer con moderación. ¡No te excedas!

Imagen © iStockphoto.com / Kheng Ho Toh

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