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El ejercicio nos beneficia a todos, pero en personas con esclerosis múltiple, hacer ejercicio es más importante porque ayuda a prevenir otras complicaciones que puede provocar la enfermedad. Si tienes esclerosis múltiple o conoces a alguien con esta enfermedad, aquí te contamos cómo hacer algunos ejercicios que pueden ayudar.

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad del sistema nervioso que afecta al cerebro y la médula espinal, que son los encargados de llevar y ejecutar órdenes del cuerpo, para caminar o hablar, por ejemplo.

La esclerosis múltiple hace que los mensajes entre el cerebro y el cuerpo sean más lentos o se detengan, lo que produce síntomas como:

  • Alteraciones de la vista
  • Debilidad muscular
  • Problemas con la coordinación y el equilibrio
  • Sensaciones como entumecimiento, picazón o pinchazos
  • Problemas con el pensamiento y la memoria

En general, los síntomas se presentan durante los ataques y luego disminuyen, aunque los músculos pueden quedar tensos. Por eso es muy importante que las personas con esclerosis múltiple, hagan ejercicio.

Los ejercicios no solamente brindan una sensación de bienestar general sino que también son importantes en la prevención de otros problemas asociados con la esclerosis múltiple. Por ejemplo, la falta de ejercicio puede tener otras consecuencias en la salud, como el estreñimiento o hasta puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón.

Si tienes o conoces a alguien con esclerosis múltiple, aquí te contamos algunas recomendaciones para hacer ejercicio a diario, desde la comodidad de tu casa:

Ejercicios para la cabeza: aquí puedes hacer tres movimientos diferentes. El primero consiste en mirar primero hacia arriba inclinando la cabeza hacia atrás y luego hacia abajo, inclinando la cabeza hacia adelante. El segundo consiste en mirar hacia los lados, primero a un lado y luego al otro lado, moviendo la cabeza sobre los hombros. El tercero y último, consiste en llevar la oreja hacia el hombro, primero hacia un hombro y luego al otro.

En todos estos casos, repite cada movimiento dos o tres veces. Ten cuidado de realizar los movimientos muy lentamente y si sientes vértigo (como que la habitación se mueve a tu alrededor o que estás por desmayarte) o si esto te produce mareos o náuseas, detén el ejercicio y cuéntale a tu médico en tu próxima visita.

Otra sensación que puedes tener es hormigueo o electricidad en la espina dorsal (el área de la columna) o en las extremidades. Si esto te ocurre, también para el ejercicio y consúltalo con tu médico.

Ejercicios para los hombros: estos se hacen acostado boca arriba sobre una superficie plana y son muy sencillos de recordar. Siempre hay que repetir los movimientos dos o tres veces, primero con un brazo y luego con el otro, y hay que hacerlos lentamente sin que causen dolor.

El primero consiste en levantar la mano como cuando estabas en el colegio, para pedirle algo a la maestra, formando medio círculo (180º). El segundo también consiste en formar un semicírculo de 180º pero esta vez hacia los lados (no hacia arriba), para ello deja el codo y la mano con la palma hacia arriba sobre el suelo, en todo el ejercicio.

El tercer ejercicio se realiza estirando el brazo hacia el lado, luego doblando el codo a 90º con la palma hacia abajo. Una vez en esa posición, levanta el antebrazo en forma de arco hasta que la mano toque la cama del otro lado (esta vez con la palma hacia arriba).

Ejercicios para el tronco y para la cadera: estos ejercicios se hacen sentado sobre una silla o en la orilla de la cama, con los pies apoyados sobre el suelo. También deben repetirse dos o tres veces, primero con una pierna y luego con la otra. Uno de ellos consiste en levantar la rodilla hacia el pecho y volver a bajarla hasta apoyar el pie nuevamente en el suelo. El otro consiste en levantar el pie estirando la pierna y volver a bajarlo flexionando nuevamente la rodilla, hasta apoyar el pie en el suelo.

Para el tronco y la cadera, también puedes hacer ejercicios acostado boca abajo. Uno de ellos, por ejemplo, consiste en doblar la rodilla con el pie hacia el muslo y luego estirarla nuevamente.

Luego date vuelta para hacer un nuevo ejercicio, recostado boca arriba con las piernas estiradas, sin flexionarlas ni levantar los talones del suelo, ábrelas y ciérralas lentamente.

Estos son sólo algunos de los ejercicios que podrían hacer quienes padecen de esclerosis múltiple. Más adelante agregaremos ejercicios nuevos para ejercitar otras partes del cuerpo, como las manos, las muñecas y los tobillos. Estos sencillos movimientos que puedes hacer en cualquier momento del día, en la comodidad de tu casa te ayudarán a cuidarte.

 

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Imagen: ©Shutterstock / Miriam Doerr Martin Frommherz

 

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