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¿Te han diagnosticado a ti o a un miembro de tu familia con esclerosis múltiple? No te desesperes. Aunque es cierto que a ciertas personas se les dificulta llevar la misma vida de siempre y hasta pueden llegar a sufrir de discapacidades, otras viven por años con la enfermedad sin sufrir síntomas serios. Padecer hoy de esclerosis múltiple es muy diferente de lo que era décadas atrás. En la actualidad hay medicamentos y tratamientos que te ayudan a llevar una vida relativamente normal. Infórmate bien.

Cuando Angelina comenzó a sentir debilidad en sus brazos y en sus piernas, pensó que se trataba de exceso de trabajo, pero el descansar más le ayudó muy poco. A veces sentía calambres y entumecimiento y además, mareos y pérdida del equilibrio. Preocupada, visitó al médico. Después de un chequeo completo y varias investigaciones se llegó al diagnóstico: esclerosis múltiple. Al principio, Angelina pensó que se le unían el cielo y la tierra, pero ha aprendido a vivir con esta condición y a sobrellevarla.

¿Qué es la esclerosis múltiple (o EM) exactamente? Se trata de una enfermedad del sistema inmunológico, que afecta el cerebro y la médula espinal (nuestro sistema nervioso central). La causa no se conoce, pero se piensa que se debe a factores virales, genéticos o ambientales, o una combinación de todos ellos.

Sea cual sea la causa, el sistema inmunológico del cuerpo comienza a actuar “equivocadamente” atacando a la propia mielina de la persona (la mielina es la cubierta protectora que rodea a las neuronas) y como consecuencia, los impulsos nerviosos disminuyen o se detienen. Como recordarás, las neuronas son las células nerviosas. Si eres mujer, tienes más posibilidades de padecer de esclerosis múltiple  y se presenta con más frecuencia entre los 20 y los 40 años, aunque puede ocurrir a cualquier edad.

Los síntomas varían, porque la enfermedad consiste en ataques, que son diferentes según su intensidad y la parte del cuerpo en que ocurran. Los ataques pueden durar días, semanas o meses, y se alternan con períodos de remisión (ausencia de síntomas). Es común que después de los períodos de remisión, haya recaídas; o sea, que aparezca otro ataque, a veces con síntomas más intensos, seguido por otra etapa de remisión. En algunos tipos de esclerosis múltiple, la remisión puede ser permanente o puede permanecer inactiva durante meses o años. En otros tipos, las recaídas se van agravando poco a poco, y a veces se produce la pérdida del funcionamiento físico. Algunas personas pueden llegar a requerir una silla de ruedas para desplazarse.

Aunque no hay una cura definida para la esclerosis múltiple, los médicos ayudan a que los pacientes lleven una vida tan activa y normal como sea posible, tratando las recaídas serias tan pronto como se presentan. Algunos medicamentos pueden disminuir la frecuencia de las recaídas hasta en un 30% o pueden ayudar a que sean menos severas. Muchos médicos prefieren no dar tratamiento para las recaídas más ligeras, ya que en muchos casos se van por sí solas en un período de días o semanas.

Es importante que conozcas los signos y los síntomas de la esclerosis múltiple para que tu médico pueda identificar lo antes posible la enfermedad y tomar medidas. Los más frecuentes son:

  • Pérdida de equilibrio.
  • Espasmos musculares.
  • Entumecimiento o sensación anormal en alguna parte del cuerpo.
  • Dificultad para caminar, o para mover los brazos y las piernas.
  • Temblor o debilidad en uno o ambos brazos o piernas.
  • Estreñimiento.
  • Necesidad de orinar con frecuencia.
  • Pérdida de control intestinal o de la vejiga.
  • Visión doble o molestias en los ojos.
  • Picazón, hormigueo o ardor en brazos y piernas.
  • Mareos o pérdida del equilibrio.
  • Dificultad para concentrarse y para razonar

Aunque hasta el momento no se conoce una cura para la esclerosis múltiple, existen medicamentos y terapias que retardan el progreso de la enfermedad y alivian sus síntomas. Los medicamentos dirigidos al sistema inmunológico del cuerpo pueden utilizarse a largo plazo y para tratar ataques específicos. A veces se acompañan de otros medicamentos para diferentes síntomas, como dolor o depresión. Como la esclerosis múltiple puede afectar la capacidad del paciente de movilizarse o de realizar algunas actividades, el tratamiento a veces requiere terapia física y ocupacional.

Para reducir la frecuencia de las recaídas, puedes hacer lo siguiente:

  • Evita tomar el sol y darte baños calientes (que causan y empeoran los ataques al igual que la fiebre)
  • Evita también el estrés
  • Lleva una vida saludable, con una buena nutrición, suficiente descanso y relajación
  • Consulta con tu médico acerca de un plan de ejercicios y, en caso necesario, acerca de terapia física y ocupacional
  • Evita cansarte y estar en contacto con personas enfermas

Aunque tengas el diagnóstico de esclerosis múltiple, es posible llevar una vida activa y plena. La expectativa de vida de los pacientes puede ser normal, y a la mayoría le es posible realizar sus labores habituales durante los periodos de remisión (entre un ataque y otro). Tu mayor defensa, aparte del tratamiento que te indique tu médico, es hablar abiertamente del problema, y mantener una actitud positiva ante la vida. El mejor pronóstico es para las mujeres, sobre todo si la enfermedad ocurre antes de los 30 años, si los ataques no son frecuentes o si presentan de acuerdo a un patrón de remisiones y recaídas.  Recuerda sobre todo: con los recursos médicos que existen actualmente, el paciente no está indefenso ante los efectos físicos y psicológicos de la enfermedad.  Sonríe, que la vida es bella incluso con esclerosis múltiple.

Imagen © iStockphoto.com / Courtney Keating

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