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  • Mantener hábitos beneficiosos para el cerebro desde edades tempranas ayuda no sólo de cuidar este órgano, sino que favorece un envejecimiento sin secuelas neurológicas.
  • La migraña, el ictus, enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer o la enfermedad de Parkinson y la epilepsia, son algunas de las patologías neurológicas más frecuentes.
  • En toda América se estima que solo en el 2019 más de medio millón de personas fallecieron por algún tipo de enfermedad neurológica.

Uno de los órganos más importantes y complejos del cuerpo humano es el cerebro. Es fundamental para nuestra supervivencia y esencia como seres humanos. Cada aspecto de nuestra existencia depende de su correcto funcionamiento. Es quien se encarga de controlar todas las funciones y actividades de nuestro cuerpo, desde tareas básicas como el latido del corazón y la respiración hasta habilidades complejas como el lenguaje o el pensamiento abstracto. También se encarga de la percepción y procesamiento de información, juega un papel crucial en la regulación de las emociones y el comportamiento y controla la coordinación de los movimientos, además de almacenar nuestros recuerdos.

Un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) indica que los trastornos neurológicos representan un desafío global para la salud pública, y su carga se prevé que aumente en las próximas décadas debido al envejecimiento de la población. En 2019, las condiciones neurológicas en toda América fueron responsables de 533.172 muertes, 213.129 (40%) en hombres y 320.043 (60%) en mujeres. Por otra parte, un estudio publicado en 2020 estimó la carga de trastornos neurológicos en Estados Unidos desde 1990 hasta 2017. El estudio encontró que seis trastornos neurológicos (enfermedad de Alzheimer y otras demencias, enfermedad de Parkinson, epilepsia, esclerosis múltiple, enfermedad de las neuronas motoras y trastornos de dolor de cabeza) constituyeron el 4.4% de la carga total de enfermedad en Estados Unidos en 2017.

La migraña, relativamente benigna pero con un impacto muy negativo en la calidad de vida de quienes la sufren, el ictus, enfermedades neurodegenerativas (como la enfermedad de Alzheimer o la enfermedad de Parkinson) y la epilepsia, son algunas de las patologías neurológicas más frecuentes. Sin embargo una dieta equilibrada, mantenerse activo físicamente o participar en actividades sociales, son algunas de las claves para ayudar a nuestro cerebro a mantenerse sano y que favorecerán nuestra salud en el futuro.  

“El cerebro es uno de los órganos más importantes de nuestro cuerpo, pero para que funcione correctamente es necesario cuidarlo.  Además, a diferencia de otros órganos cuando tienen problemas, nuestro cerebro no duele, por lo es que es muy común que se nos olvide el importante papel que tiene en nuestra salud en general, que no dediquemos suficiente tiempo a fomentar su correcto estado de forma o que los primeros síntomas de las enfermedades neurológicas pasen desapercibidos tanto para los pacientes como los familiares”, comenta el Dr. Juan Carlos Portilla, Vocal de la Sociedad Española de Neurología.

Por esta razón, este experto recomienda mantener hábitos beneficiosos para el cerebro desde edades tempranas con el objetivo no sólo de cuidar este órgano, sino para tener una mayor probabilidad de envejecer sin secuelas neurológicas. Y es que, malos hábitos saludables en edades medias de la vida pueden tener su repercusión décadas después, generando problemas cerebrovasculares o incrementando el riesgo de demencia.  

“Por el contrario, hacer ejercicio físico de manera regular, evitar el sedentarismo, mantenerse activo intelectualmente y controlar los factores de riesgo vascular, como la tensión arterial o la diabetes, han demostrado beneficio para el cerebro a todas las edades, incluso en pacientes que ya padecen una enfermedad neurológica”, señala el Dr. Portilla. “Además, actividades que fomenten la estimulación cognitiva como leer, bailar, conversar, acudir a eventos culturales u otro tipo de actividad social también aumentan la resistencia de nuestro cerebro ante las enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer, y ayudan a prevenirlas”.  

Qué cosas no hacer si quieres cuidar tu cerebro  

Anteriormente os explicamos que cosas debes hacer si quieres cuidar de tu cerebro. Pero tan importante como esto, también lo es evitar aquello que lo puede dañar. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen diez hábitos que causan daño a la máquina más importante de nuestro cuerpo, la misma que nos permite estar activos:

  1. Consumir grandes cantidades de azúcares. No es ningún misterio que llevar una dieta poco saludable es negativo para nuestro cuerpo, pero lo es también para nuestro cerebro. El exceso de azúcar puede causar una inflamación crónica del órgano, afectando su función cognitiva relacionada con la memoria y la concentración.
  2. No desayunar. Muchos nutriólogos y profesionales médicos apuntan que la primera comida del día es la más importante. Si no ingieres nada por la mañana, tu cerebro no podrá funcionar correctamente y puedes propiciar el desarrollo de enfermedades como obesidad, colesterol alto y diabetes.
  3. Fumar. No es solo perjudicial para nuestros pulmones, también tiene un grave efecto negativo para el cerebro, pues las substancias tóxicas del tabaco reducen la cantidad de oxígeno que le llega. Además, diversos estudios han demostrado una asociación entre el consumo de tabaco y un mayor riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia.
  4. La sobre exposición a ámbitos contaminantes. El efecto que tiene respirar constantemente sustancias tóxicas del ambiente puede producir un impacto similar al del tabaco.
  5. No dormir lo suficiente. El efecto de no descansar bien no es solo el cansancio físico. Es más, este cansancio es la consecuencia de la muerte de las células cerebrales que no pueden llevar a cabo su proceso metabólico.
  6. Comer en exceso. De la misma manera que no desayunar (y no comer en general) tiene un impacto negativo en nuestro órgano central, hacerlo en exceso también es malo. La acumulación de sustancias residuales en forma de grasas hace que se endurezcan las arterias cerebrales, afectando su funcionamiento.
  7. El consumo de alcohol. Ingerir desproporcionadamente y de forma regular alcohol afecta también a nuestro cerebro. El alcoholismo mata neuronas y reduce la velocidad con la que se transmiten los impulsos nerviosos.
  8. El estrés y la violencia. La situación de estrés prolongada provoca reacciones en el sistema nervioso, como la reducción de la capacidad mental. También supone un aumento del riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular y ataques cardíacos. Respecto a la violencia, un estudio de la Universidad de Londres encontró que el cerebro de los niños maltratados aprende a protegerse y se vuelve hipervigilante, tratando de encontrar casi de manera continua signos potencialmente peligrosos o amenazantes. La activación cerebral tan grande y constante provoca un amplio desgaste emocional y cognitivo difícil de controlar a lo largo de la vida.
  9. No realizar actividad física. Esto envejece exponencialmente a tu cerebro, lo que aumenta el riesgo de padecer alguna enfermedad cerebral.
  10. La falta de estímulos mentales. De la misma manera que la falta de ejercicio es perjudicial para el órgano, no ejercitar tu cerebro (leyendo o haciendo cualquier actividad que te mantenga concentrado) tiene consecuencias fatales para la salud de tu cerebro.

 

Por Miguel Ramudo
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