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No soportas el gimnasio y te aburre ejercitarte por tu cuenta… ¿Qué opción te queda para el “mantenimiento” de tu cuerpo? Fácil: para controlar la presión y el colesterol altos y disminuir el riesgo de problemas cardiovasculares, convierte las actividades normales de la vida diaria en ejercicios.

Para estar físicamente activos y saludables, no hay que pasar por el gimnasio necesariamente. El hogar y las actividades del día a día pueden servirte para mantener tu corazón en buenas condiciones, según indica un nuevo estudio sueco, publicado en la edición en línea del 28 de octubre de la revista British Journal of Sports Medicine.

El estudio analizó datos sobre el estilo de vida y la salud de más de 3,000 hombres y mujeres, nacidos en 1937 y 1938. Por más de una década, los investigadores compararon la salud cardiovascular de los participantes con sus actividades cotidianas, ya sea que recibieran un entrenamiento formal de ejercicios, o se dedicaran a tareas de jardinería, reparaciones en el hogar y otras labores caseras.

Los participantes que llevaban una vida más activa tuvieron un menor riesgo de desarrollar problemas cardiovasculares que los que llevaban una vida sedentaria. Los primeros redujeron el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares en un 27% y el riesgo de morir de cualquier causa en un 30%, en comparación con los que pasaban de pie la menor cantidad de tiempo.

Según Elin Ekblom-Bak, de la Escuela Sueca de Ciencias del Deporte y la Salud y del Instituto Karolinska, y directora del estudio, estar de pie en alguna actividad reemplaza el tiempo que pasas sentado. Y estar sentado mucho tiempo aumenta el riesgo de diabetes, enfermedades cardiovasculares y muerte. “Fomentar las actividades cotidianas es tan importante como recomendar el ejercicio regular a los adultos mayores para la salud cardiovascular y la longevidad”, señaló.

Esto es especialmente importante para las personas cuando se jubilan, ya que suelen tener menos actividad física que los más jóvenes.

Otro estudio, realizado en más de 6,000 adultos estadounidenses, y publicado en el American Journal of Health Promotion, halló también que las actividades cotidianas pueden ser tan efectivas como un entrenamiento formal de ejercicios para obtener beneficios de salud.

Hay muchas actividades cotidianas que te ayudan a mantener la salud. Escoge las que funcionen mejor para ti:

Trabajar en el jardín. La jardinería es uno de los “ejercicios” más completos, pues te obliga a mantener el cuerpo en movimiento. La jardinería requiere estar de pie, agacharte o arrodillarte para plantar algo, inclinarte para regar y recoger las hojas muertas, utilizar la fuerza para cavar y arrancar las hierbas que deseas desechar, e incluso caminar de un lado a otro del jardín. Todo al aire libre ¡y divertidísimo!

Ponerte de pie cuando tengas una oportunidad. Cuando hablas por teléfono, por ejemplo, o cuando pasan anuncios por televisión. Y camina (aunque sea unos pasos) si te es posible.

Levantarte de tu escritorio cada cierto tiempo en la oficina y dar una caminadita. Si no puedes, al menos flexiona las rodillas o levanta las piernas de tres a cinco minutos por debajo del escritorio.

Olvidarte del ascensor. A no ser que trabajes o vivas en un piso muy alto, o que el médico te lo prohíba, sube y baja las escaleras para llegar a tu oficina o a tu casa.

Pasar la aspiradora. Un excelente ejercicio para mover el cuerpo, pero ve con cuidado si tienes problemas de espalda y la aspiradora es muy pesada.

Barrer y fregar el piso. Ambas actividades te obligan a mover el cuerpo, y queman muchas calorías.

Caminar. Usa el auto o el transporte público lo menos posible, y camina más. Caminar (solo o acompañado) es una actividad agradable y uno de los mejores ejercicios, al alcance de casi todo el mundo.

Sacar a pasear a tu mascota y jugar con ella. No sólo estarás ejercitando tu cuerpo, sino que te servirá de diversión.

Una palabra de advertencia: igual que con los ejercicios formales, antes de practicar actividades físicas de cualquier tipo, habla con tu médico, sobre todo si requieren movimientos violentos o muy bruscos, o posturas difíciles que puedan ocasionarte una lesión o afectar tu organismo en forma negativa. Si el médico te da autorización, esas tareas pueden convertirse en una verdadera medicina para la salud de tu corazón.

Imagen © iStockphoto.com / bluecinema

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