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La familia es la familia, y las fiestas suelen ser motivo de reunión familiar. ¿Alguna vez has pensado que reunir a todos los miembros de la familia en torno a la mesa no sólo permite brindar y festejar sino que al mismo tiempo nos ayuda a estar más saludables? Y lo mejor de todo es que esto se aplica durante todo el año.

No hay nada como la familia. Por eso en general aprovechamos las fiestas para reunirnos a festejar, y lo hacemos en torno a la mesa, mientras saboreamos los platos que el anfitrión o tal vez cada participante preparó para la ocasión.

Además de alimentarnos, cuando nos sentamos a la mesa encontramos un lugar de unión y comunicación familiar que es importante sostener a lo largo del año. Allí demostramos nuestra preocupación por los demás y ayudamos a nuestros hijos a aprender a escucharnos mutuamente y a expresar sus sentimientos.

Con el acelerado ritmo de la vida actual, muchas veces es difícil encontrar horarios coincidentes para todos los miembros de la familia. Sin embargo, aunque sea una vez al día deberíamos buscar el momento para sentarnos todos juntos en torno a la comida.

¿Por qué? Varios estudios han demostrado que esto ayuda a combatir la obesidad infantil y a mejorar la calidad de la dieta de los más pequeños. Además, hay estudios que indican que los efectos de comer en familia influyen positivamente en el desarrollo cognitivo de los niños que comparten la mesa con sus padres:

  • aprenden mejor a leer,
  • tienen un vocabulario mas amplio y
  • muestran un rendimiento escolar más alto.

La comida en torno a la mesa familiar también es saludable para los adolescentes. En este caso, se ha demostrado que comer en familia previene el desarrollo de trastornos alimenticios, como la posibilidad de desarrollar bulimia y/o anorexia, y reduce el riesgo de contraer adicciones, a las drogas o al alcohol, por ejemplo.

Si no estás acostumbrado, puede que te resulte difícil encontrar un horario para sentarlos a todos juntos frente a la mesa. Algunas sugerencias para lograrlo incluyen:

  • Planifica de antemano qué cocinarás y trata de tener comida en casa. Es difícil pensar qué cocinar cuando llegas cansada y con hambre.
  • Invita al resto de los miembros de la familia a participar en la cocina. A preparar y a servir la comida, así como a limpiar los platos (trastes) después de comer. Esto puede ser una actividad compartida que también ayude a fomentar la comunicación, la participación y la distribución de responsabilidades. Además, a los niños les encanta participar y es más probable que intenten comer nuevos alimentos si ayudan a prepararlos.
  • Recuerda que la hora de la comida no es el momento de dar sermones ni retos. Por el contrario, debe ser un momento feliz, que todos puedan disfrutar juntos.
  • Por último, es conveniente que dejes el televisor apagado para evitar las distracciones con lo que está en el monitor. Así podrán concentrarse en la conversación y compartir más experiencias.

Posiblemente en estas fiestas te reúnas también con familiares que viven lejos o a quienes no sueles ver tan seguido. Qué mejor ocasión para contarles los beneficios que brinda este momento de encuentro, para que ellos también puedan sostenerlo a lo largo de todo el año.

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Imagen: ©Shutterstock / Monkey Business Images

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