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  • Los microplásticos se producen tras el desgaste o rotura de objetos plásticos que nos rodean. Estos se acumulan en el aire, las superficies y, principalmente, el agua. 
  • Se definen como tal aquellos trozos de plástico menores a 5 mm, aquellos que no se puede ver con los ojos desnudos se llaman nanoplásticos. Todos estos tienen la capacidad para acumularse en los órganos del cuerpo de todos los seres vivos. 
  • La principal forma de ingerir microplásticos, trozos menores a 5 mm de plástico, es mediante los alimentos y el agua. Cada vez que un ser vivo se come a otro, los microplásticos se van acumulando; es por ello por lo que los moluscos y peces son los que tienen la mayor concentración de nuestros alimentos. El efecto en la salud es desconocido, pero se sabe que algunos subproductos, como el BPA, tienen efectos sobre el sistema endócrino.
  • Reducir el consumo de plásticos de un solo uso, utilizar envases de plástico reutilizables y sin BPA, hablar de este tema con nuestro círculo y dirigentes políticos, así como intentar almacenar productos en envases de vidrio, puede minimizar la cantidad de microplásticos que se acumulen en nuestro cuerpo.

El plástico se ha transformado en una parte indispensable en nuestra vida, presente en prácticamente todos los lugares. Su revolución y beneficios para la vida moderna es incontestable, pero hay un costo escondido que hace poco a comenzado a emerger: la acumulación de microplásticos en nuestro cuerpo. En este artículo, hablaremos sobre el origen de los microplásticos, cómo llegan a nosotros y qué podemos hacer para mitigar su acumulación en nuestro cuerpo, que tiene muy alarmada a la comunidad científica y médica.

El origen

Los microplásticos son creados por el desgaste y quiebre de objetos plásticos, neumáticos, ropa, pintura seca, y pérdida en la preproducción de pellets [bolitas para fabricar productos ] y polvos”, señala el Prof. Dick Vethaak, especialista en microplásticos de la Universidad de Ultrecht, en Amsterdam, Países bajos. En general se definen como trozos menores a 5 mm de tamaño, aunque muchos pueden ser visibles con el ojo desnudo, otros, los nanoplásticos, no es posible verlos. Considerando que el 75% de todos los plásticos producidos por Estados Unidos (35 mil toneladas) terminan en el mar y vertederos, hay muchas posibilidades de que se produzcan microplásticos que lleguen a nosotros.

Al mismo tiempo, los plásticos al descomponerse o producirse generan otros productos químicos:

BPA: Bisfenol A. Es liberado en la producción de plásticos de policarbonato. Es decir, en ventanas anti-rotura, lentes, botellas de agua, algunos pegamentos, en la pintura de algunas latas de alimentos líquidos y sólidos, tapas de botellas y estructuras plásticas en las tuberías de suministro de agua. Los alimentos y bebidas se contaminan con BPA al estar en contacto con estos objetos. Casi todos los individuos de Estados Unidos mayores a 6 años tienen BPA en la orina, es decir, en el cuerpo.

Plastificantes: Son aditivos que permiten a un material, en este caso los mismos plásticos, para hacerlos más suaves y flexibles, pero manteniendo su resistencia. En general se utilizan en productos como empaques de comida, juguetes, entre otros de contacto humano.

Cantidades alarmantes

En relación a las concentraciones de microplásticos que podemos recibir desde los alimentos el Dr. Dick Vethaak señala que en el agua de las cañerías y embotellada podemos recibir entre 0 y 10,000 microplásticos por litro, siendo los de menor tamaño los que se encuentran en mayor cantidad. En 2019, unos investigadores midieron en Londres había una gran cantidad de microplásticos en el aire y que se depositaba por toda la ciudad (casi 1000 por metro cuadrado). Además, vieron que era 20 veces mayor que en  lugares rurales.

En relación a la concentración corporal, mientras más alto se está en la cadena alimenticia, es mayor la acumulación de microplásticos. Así los organismos marinos, especialmente los depredadores carnívoros, como el atún, y lo filtradores, como los moluscos con dos conchas, tienen la mayor densidad de microplásticos. 

¿Qué se sabe sobre sus efectos?

La evidencia es escasa, por falta de estudios, y por el poco tiempo que se llevan estudiando. Sin embargo, algunos descubrimientos levantan mucha preocupación:

  • Los microplásticos pueden absorber y concentrar químicos tóxicos que estén en el ambiente, como pesticidas y metales pesados. Conjuntamente, se plantea la posibilidad que puedan traer hongos y virus patogénicos.
  • Estudios con células humanas indican que los nanoplásticos cruzan desde el sistema digestivo hacia la sangre y sistema linfático acumulándose en tejidos como el hígado, riñón y cerebro; aunque las más pequeñas quizá llegan a todos los lugares del cuerpo y cruzar la placenta, señala el Dr. Dick. Además, esta acumulación genera inflamación, estrés celular y daño del ADN.
  • Los BPA y plastificantes tienen un efecto endocrino en el cuerpo humano. En el caso de los plastificantes, alteran la forma en la que se producen las hormonas en el cuerpo. Mientras que el BPA imita a las hormonas, actuando como si lo fueran. Esto genera un aumento de la actividad endocrina, especialmente sexual, afectando en la fertilidad, desarrollo y crecimiento.

¿Podemos hacer algo?

Aunque la presencia de plásticos en nuestros alimentos nos preocupa, y no podemos eliminarlos totalmente, si podemos hacer algunas cosas para reducir su efecto y concentración:

  • Hablar del tema: Hablar con los profesionales de la salud, saber qué medidas se están tomando en tu ciudad, comentarlo con tu circulo, entre otras cosas, pueden hacer un efecto para tomar decisiones más educadas.
  • Reducir el consumo de plásticos de un solo uso: más de la mitad de los microplásticos del medioambiente vienen por objetos plásticos que fueron tirados a la basura y llegaron al océano. Eso significa que reducir su eliminación puede reducir la generación de los microplásticos. Por lo que usar objetos plásticos diseñados para ser usados muchas veces y sin BPA es un gran paso.
  • Consumo sustentable: Reducir la cantidad de plástico en nuestra vida es el siguiente paso. Elegir productos con empaque mínimo, idealmente sin plástico, además de botar el plástico de manera responsable puede romper el ciclo de contaminación por plástico. Comprar al por mayor productos como cereales y legumbres, dejándolos en envases de vidrio es una buena opción.

 

Por Carlos Diego Ibáñez
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