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¿Crees que el único riesgo que corren tus hijos en el verano es el sol? ¡No! En esta época los asados, las fogatas en los campamentos de verano y los fuegos artificiales pueden ser también un riesgo. Cuida a tus hijos y enséñales a cuidarse.

Aunque generalmente relacionamos el verano con el agua, el verano también tiene mucho fuego. El primer fin de semana caluroso, el mejor plan es hacer un asado en el patio. Si vas con tus hijos a acampar o van a un campamento de verano, no hay nada como contar historias a la luz de una fogata. Además, ya se acerca el 4 de julio y algunas fiestas de independencia latinas, y hay fuegos artificiales en todos lados.

Las posibilidades de que los niños se quemen accidentalmente durante el verano son altísimas. Por eso, ten especial cuidado en esta época para evitar quemaduras que les pueden arruinar el verano.

Fuegos artificiales. La mitad de las víctimas de quemaduras por fuegos artificiales son menores de 14 años. ¿Cómo puedes evitarlo? Muy sencillo: nunca compres fuegos artificiales para la casa. Lleva a tus hijos a ver los espectáculos públicos, que pueden ser mucho más lindos y además son un paseo familiar divertido.

Si insistes en usar fuegos artificiales en casa, asegúrate de que tus hijos no se acerquen a ellos. Las lucecitas de bengala son especialmente peligrosas para los menores de 5 años, pues pueden quemarse queriendo tocar la luz o recoger alguna del suelo sin saber que todavía está caliente.

Cuidado con el asado. Para no estropear tu soleado día de hamburguesas a la parrilla, evita que los niños se quemen con el asador. Enséñales a que no se le acerquen por ningún motivo y a que no corran su alrededor porque pueden tropezar con él. Y si tienes un hijo que está empezando a caminar, pídele a alguien que lo vigile pues en cualquier momento querrá acercarse a ti y terminará apoyándose en el asador. Asegúrate también que el tanque del gas y las conexiones del asador estén bien puestas y protegidas para evitar fuegos o explosiones accidentales.

Fogatas. Los accidentes con las fogatas son muy frecuentes. Por eso, asegúrate que los más pequeños no estén cerca del fuego sin la vigilancia de un adulto y que no corran muy cerca de él pues se pueden tropezar y caerse al fuego. Enséñale a los más grandes qué cosas no se pueden tirar al fuego, como los líquidos inflamables, los encendedores o los aerosoles. Y recuérdales que no deben acercar al fuego nada de tela que pueda quemarse rápidamente como las mantas (cobijas, frazadas) o los abrigos largos. Si su ropa se prende en fuego, enséñales a cubrirse la cara y rodar por el pasto o cubrirse con una manta que ahogue las llamas.

¿Qué debes hacer si se queman? Si la quemadura es más pequeña que la palma de tu mano, puedes curarla en casa poniéndola bajo el chorro de agua fría. Jamás le pongas mantequilla o hielo encima pues sólo agrava la quemadura. Después,  cúbrela con una gasa o una tela seca y limpia. Si la herida es mucho más grande o muy profunda, llévalo a una sala de emergencias inmediatamente.

Pero no esperes a que eso pase. Lo mejor es estar alerta desde el principio y tomar ciertas precauciones para que el fuego no les estropee el verano.

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