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En noviembre se celebra el día internacional de la lucha contra la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y durante todo el mes se desarrollan en todo el mundo actividades para ayudar a prevenir esta condición que amenaza con convertirse en la tercera causa de mortalidad global en un par de décadas. Aquí ponemos nuestro granito de arena, informándote sobre esta condición y cómo mejorarla.

Respirar es algo tan natural que la mayoría de las veces ni cuenta nos damos del aire que entra y sale continuamente de nuestros pulmones. Pero para miles de personas respirar sin dificultad es un lujo que añoran, ya que para ellos, inhalar y exhalar el aire representa un esfuerzo enorme. Cuando los niveles de oxigenación están reducidos, el organismo paga el precio ya que disminuye la energía y, en ocasiones, esto hasta puede ocasionar la muerte.

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una condición que afecta a los pulmones y que mata a una persona cada 10 segundos. Así lo estima la Organización Mundial para la Salud (OMS), que también pronostica que las muertes provocadas por esta condición aumentarán un 30 por ciento en los próximos 10 años, convirtiéndose en la tercera causa mundial de muerte para el año 2030.

La EPOC es un conjunto de enfermedades pulmonares crónicas que hacen que disminuya el flujo de aire que entra al cuerpo al respirar.  Incluye, además, el daño u obstrucción de las vías respiratorias, lo que dificulta la respiración. Tal vez la conozcas como enfisema o bronquitis crónica, porque antes se la llamaba así, pero ahora esos términos quedan incluidos dentro del diagnostico de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

Para ser precisos, el enfisema implica la destrucción de los pulmones con el tiempo, mientras que la bronquitis implica una tos prolongada con flema o moco. Si bien ambas enfermedades pueden producirse por separado, es común que los pacientes tengan las dos al mismo tiempo.

Una de las principales causas de la EPOC es la exposición al humo del tabaco, seas o no fumador. Otros irritantes de los pulmones, como la contaminación del aire, los vapores químicos y el polvo también contribuyen al desarrollo de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Otros factores de riesgo son:

Ten en cuenta estos datos para poder evitar la exposición a estas sustancias, ya que la EPOC puede prevenirse pero no curarse, y es mucho más que la llamada tos del fumador, pues esta enfermedad puede ser mortal y, como los síntomas se presentan lentamente, muchas veces no se diagnostica.

¿Sabías que 8 de cada 10 personas que tienen EPOC no lo saben? Toma nota de estos síntomas, que pueden alertarte sobre su presencia:

  • falta de aire,
  • dificultad para respirar (disnea),
  • tos crónica (casi siempre con flema),
  • silbidos al respirar,
  • opresión en el pecho.

Esta enfermedad suele empeorar con el tiempo y a medida avanza, sus síntomas pueden hacer que las actividades cotidianas, como subir escaleras, caminar rápido o levantar objetos muy pesados, se vuelvan difíciles de realizar.

Por todo eso, si fumas y tienes mas de 40 años de edad, te falta el aire, tienes tos continua, catarro y silbidos en el pecho, no dejes de hacerte controles con algún médico especializado o neumólogo (el especialista de los pulmones), para descartar que tengas la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

La prueba para detectar la EPOC es muy sencilla, se denomina espirometría y mide la función pulmonar. No duele y toma unos cuantos minutos, consiste en soplar con tanta fuerza como uno pueda dentro de una máquina pequeña que determina la capacidad de los pulmones. Los resultados se pueden analizar inmediatamente y el examen no requiere hacer ejercicio, que se tomen muestras de sangre ni exposición a radiación. A veces,  el médico podría indicarte un examen de sangre llamado gasometría arterial, para medir la cantidad de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre.

Lamentablemente, no existe cura para la EPOC. Sin embargo, puedes aliviar sus síntomas e impedir que la enfermedad empeore. Lo principal es evitar la exposición al humo del cigarrillo y las otras sustancias que mencionamos anteriormente. Y, desde luego, sigue el tratamiento tal como y como te lo indique el médico.

El ejercicio también ayuda a mejorar la utilización del oxígeno por el cuerpo, por eso, quienes tienen EPOC pueden beneficiarse si practican ejercicios de un nivel de esfuerzo bajo que aumenten la resistencia muscular, como caminar o montar una bicicleta fija. ¡Pero cuidado! El ejercicio puede ser bueno pero, es importante que las personas con EPOC consulten con tu médico antes de iniciar su plan de ejercicio, para que él o ella puedan ayudarle a diseñarlo. Frecuentemente recomiendan que la persona con EPOC se detenga tan pronto sienta alguna molestia.

Ahora que tienes esta información, protege tus pulmones y compártela con tus familiares y amigos, para que  todos puedan mantenerse alejados de la EPOC.

 

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Imagen © Shutterstock.com / rCarner

 

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