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  • Mucho se habla sobre las infecciones oculares, pero aquellas que ocurren alrededor de este (en el párpado, pestañas y otras estructuras), en general, son bastante desconocidas. Estas infecciones, que pueden deberse a una reacción alérgica, una herida o a la acumulación de sebo, son incómodas y se caracterizan por enrojecimiento e inflamación.
  • Según el tipo de estructura infectada alrededor del ojo se le llamará de forma distinta. Una infección del párpado generará, entre otras, blefaritis; si hay una glándula sebácea que se tapa o se genera acumulación de bacterias, se produce un orzuelo; finalmente, las estructuras que protegen al hueso y al párpado se pueden infectar por una herida, produciendo celulitis periorbitaria.
  • Cuidar los ojos y las estructuras alrededor es muy importante para tener una visión saludable. Tener cuidado de no tocar los ojos, lavarse las manos especialmente si vamos a tocar la cara de alguien, tener una correcta higiene de las lentillas y finalmente visitar al oftalmólogo ante cualquier duda.

Nuestros ojos, muchas veces referidos como la ventana a nuestra alma, no son inmunes a muchos problemas de salud. Las infecciones perioculares, como su nombre señalan, se tratan de infecciones que suceden en la periferia del ojo; generalmente en el párpado, conjuntiva y estructuras que se encuentran detrás del ojo, llamados septos orbitarios. Toda la zona, al ser húmeda y expuesta al exterior, es propensa a ser infectada por virus, bacterias y hongos. En este artículo intentaremos poner el foco en estas infecciones y cómo podemos manejarlas.

Diversas estructuras para ver bien

Para que nuestro ojo pueda funcionar, y a su vez protegerse de los mismos patógenos, se rodea de muchas estructuras que ayudan a lubricar, movilizar y proteger al globo ocular.

  • Párpados: Junto con las pestañas y las cejas buscan generar una barrera natural ante el polvo, partículas extrañas y algunos patógenos. Además, el párpado hace las veces de cortina que distribuye las lágrimas que nutren, oxigenan y lubrican a la conjuntiva, la capa más externa del globo ocular. Si esta última se ve infectada se produce la conjuntivitis.
  • Lagrimales: Son estructuras que se encuentran a lo largo de toda la cavidad ocular, liberando distintos tipos de lágrimas. Si no se producen suficientes lágrimas, o si estas se evaporan muy rápido se produce el ojo seco.
  • Septo orbitario: Entre la piel y el hueso, alrededor de la cavidad ocular hasta los párpados hay una pequeña tela que le da mucha más protección y fibrosidad al área permitiendo que los movimientos del párpado sean más ordenados y fuertes.

Todas estas estructuras, junto a otras, deben trabajar en coordinación absoluta. Por ello, tenemos muchas terminaciones nerviosas que nos permiten percibir hasta el más leve cambio en la zona. ¿O nunca has sentido una pelusa en el ojo como si fuera enorme, pero era muy pequeña?

Infecciones perioculares

Estas estructuras, si bien generalmente logran mantenerse libre de todo patógeno, con una simple reacción alérgica, una pequeña colonia de microorganismos o una leve inflamación, toda la zona se transforma y nos produce mucho malestar, ya que se siente exponencialmente más que en otras zonas del cuerpo. Veamos algunas:

  • Conjuntivitis: También conocida en inglés como ‘pink eye’, supone la infección de la conjuntiva, que no es periocular, pero por su alta infectividad puede extenderse por las estructuras que rodean al ojo. Esta infección puede deberse a una bacteria, virus o a una alergia. En general se produce inflamación, el ojo se torna rojo y pueden aparecer pus o activarse mayor liberación de lágrimas.
  • Blefaritis: Es una condición muy común en donde se inflaman los párpados. Generalmente se produce por una infección bacteriana por mucho contacto de los ojos con las manos, o por acumulación de sebo (grasa producida por la piel) debido a alguna condición de la piel como la rosácea o el acné. Se presenta como una costra en las pestañas, picor y una sensación áspera al pestañear. El manejo generalmente se hace con compresas tibias, permitiendo que el sistema inmune trabaje.
  • Orzuelo: Como te lo comentamos en un artículo anterior, comprende la formación de una ‘espinilla’ en las glándulas sebáceas de los párpados. Es decir, que bacterias colonizan esta glándulas, generando una infección muy molesta. Las compresas tibias también ayudan en estos casos.
  • Celulitis periorbitaria: Este es un grupo de infecciones de las estructuras del septo orbitario que afecta principalmente a los niños. Es la piel interior entre el hueso y los párpados el que se infecta. Para que suceda, tiene que haber ocurrido una herida en la zona, una picada de insecto, alguna condición de la piel, o directamente un corte son las más habituales. Se puede parecer bastante a las infecciones presentadas previamente, con gran diferencia que en este caso los párpados se hinchan y enrojecen completamente (puede ver una imagen acá).

En síntesis, aunque en muchos casos no podemos hacer nada para prevenir infecciones perioculares, es posible prevenir en el día a día o cuando estamos, por ejemplo, en la alberca o piscina.Ya que es muy fácil transmitir a nuestros seres queridos las infecciones que ocurren en los ojos, es necesario reducir las posibilidades de que ocurra. Para ello hay que lavarse las manos, evitar tocarnos los ojos, limpiar los lentes de contacto [lentillas, pupilentes] y siempre consultar con un oftalmólogo ante cualquier duda”, indica la Dra. Rebecca Taylor, de la Academia Americana de Oftalmología.

 

Por Carlos Diego Ibáñez
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Imagen: ©Shutterstock / MarijaBazarova

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