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  • Las bebidas energéticas contienen una combinación peligrosa de estimulantes, tales como la cafeína y el azúcar, que puede tener efectos adversos en el cerebro aún en desarrollo de los adolescentes y niños. La alta cantidad de cafeína, y más si consumen diariamente, puede llevar a ansiedad, problemas para dormir, e incluso mayor riesgo de depresión.
  • El consumo de bebidas energéticas supone un riesgo físico de salud en los adolescentes y niños. La mezcla de estimulantes puede llevar a arritmias, hipertensión e incluso problemas relacionados con la fuerza del corazón. Adicionalmente, la combinación con alcohol y otras sustancias, cada vez más común en edades tempranas, puede llevar a comportamientos peligrosos y daños a su salud.
  • Las bebidas energéticas están tomando popularidad en la población infantil y adolescente, principalmente por las personas que las promocionan; como deportistas e influencers de las redes sociales. Para cuidar a la futura generación es importante educar a los hijos, alumnos y familiares que el consumo de este tipo de productos no tiene ningún beneficio, además que puede tener efectos que aún no se han descrito por el poco tiempo que llevan en estudio. 

Los jóvenes se encuentran en una edad en la que tratan de definir su identidad. Si a eso le sumamos una necesidad cada vez mayor de competir y el deseo de rendir al máximo, aparece un producto que junta ambas: las bebidas energéticas. El marketing lo presenta como un gran empuje de energía, vitalidad y alerta en momentos donde puede estar baja. Además, algunas marcas apoyan deportes y otras actividades muy importantes para la juventud. Pero detrás de esos colores y eslóganes tan atractivos, nos preguntamos ¿es bueno tomar estas bebidas desde tan jóvenes?

Latinoamérica y las bebidas

Ya hemos comentado sobre el impacto que las gaseosas tienen en la región: de cada 10 preescolares, escolares y adolescentes, 9 consume algún tipo de bebida azucarada. El continente americano es el principal consumidor de bebidas energéticas en el mundo, el doble que Asia del Pacífico. En Estados Unidos, casi la mitad de toda la población adolescente consume regularmente bebidas energéticas. Y el inicio de su consumo comienza antes de los 12 años.

No es solo cafeína

A diferencia de otros productos que solo buscan tener un buen sabor e interesar a sus consumidores, las bebidas energéticas buscan aumentar el enfoque y la resistencia física mediante una batería de ingredientes. Algunos de ellos son:

  • Cafeína: Ya te hemos contado sobre la cafeína. Es un compuesto que tiene como función activar el sistema nervioso para aumentar la vigilia y sentir mayor energía. La Academia Americana de Pediatría confirma que “la cafeína o cualquier otro estimulante que son contenidas en las bebidas energéticas no tienen cabida en la dieta de niños y adolescentes”. Una lata de 250 ml de bebida energética tiene tanta cafeína como dos cucharadas de café en polvo. 
  • Azúcar: En general una lata de Red Bull contiene tanta azúcar como una lata de Coca-Cola. Es correcto que hay bebidas energéticas que no contienen azúcar, pero sí endulzantes.
  • Guaraná: Algunas como Monster y Rockstar la incluyen. Proviene de un fruto amazónico que es la mayor fuente de cafeína de todo el reino vegetal.Es utilizado como vehículo para agregar cafeína adicional a las bebidas”, menciona la Dra. Kavita Babu, especialista en Toxicología de la universidad de Brown, Rhode Island, Estados Unidos. 
  • Taurina: Es un tipo de aminoácido producido por los humanos y otros seres vivos. Es incluido debido a supuestas evidencias de la capacidad para mejorar la capacidad para ejercitarse y tener mejor rendimiento. Una lata posee 1 gramo de taurina, un tercio de la dosis diaria recomendada. “Este componente tiene impacto en el cerebro, corazón y músculo esquelético de los menores– señala la Dra. Christine Perdam, directora del programa de neurociencias de la Universidad de Kentucky del Norte. Los efectos cardiacos se pueden exacerbar si se consumen junto a cafeína, ya que aumenta la presión sanguínea y el ritmo cardiaco”. 
  • Vitaminas B: Muy importantes para el correcto funcionamiento del cuerpo. El uso que se le da en las bebidas energéticas va ligado a aumentar el metabolismo de los azúcares que se agregan, y así tenerlos disponibles rápidamente (lo cual es la principal causa de resistencia a la insulina).

Un peligro latente

La niñez y adolescencia es un periodo crucial para el desarrollo cerebral y corporal. Introducir en la dieta una cantidad excesiva de estimulantes, por ejemplo, a través de las bebidas energéticas puede afectar este proceso. 

  • La combinación de compuestos puede llevar a problemas de ansiedad, irritabilidad y problemas para conciliar el sueño.
  • Hay estudios que muestran que el consumo de bebidas energéticas puede aumentar los riesgos de depresión y otros desordenes del ánimo.

Junto a lo anterior, la Academia Americana de Pediatría señala que hay otros efectos físicos a largo plazo que se pueden presentar:

  • Efectos cardiovasculares: Si los compuestos de las bebidas energéticas son consumidos regularmente, en niños y adolescentes, pueden aparecer problemas al corazón como síncopes, arritmias; en relación al sistema circulatorio, aumenta el riesgo de hipertensión.
  • Trastornos de la alimentación: Quienes lo sufren pueden buscar en las bebidas energéticas los estimulantes para sobreponerse a la fatiga y el apetito causado por el bajo consumo de calorías. Por las características de desnutrición que poseen, cualquier efecto descrito se exacerbará.
  • Nutrición y diabetes: Tal como lo señalamos, el alto consumo de azúcar puede llevar a un aumento en la acumulación de grasa, resistencia a insulina y diabetes. Por los componentes adicionales en las bebidas energéticas, el efecto puede ser aún mayor. Además, trae efectos sobre la salud dental y muscular.

Una última situación, que está cobrando una gran popularidad, es mezclar con alcohol las bebidas energéticas. Aunque ya te lo contamos en otro artículo de Vida y Salud, las características de las bebidas energéticas pueden reducir los efectos del alcohol, aumentando la probabilidad de que consuman más alcohol o se hagan dependientes. 

En definitiva, no nos dejemos engañar por los empaques y anuncios encandiladores. La bebidas energéticas fueron creadas para deportistas de alto rendimiento, no para adolescentes que aún se están desarrollando mental y físicamente. Priorizar su salud hoy, es asegurar un futuro brillante.

Por Carlos Diego Ibáñez
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Imagen: ©Shutterstock / Antonio Guillem

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