Hace muchos años apareció como una nueva opción para aliviar dolencias y enfermedades inmunológicas el grupo de medicamentos llamados corticoides. Sin embargo, su uso debe ser cuidadosamente considerado y siempre bajo la supervisión de un profesional de la salud. Esto principalmente porque, como todos los medicamentos, tiene efectos secundarios que deben ser sopesados a la hora de usarlos: en este caso es porque puede reducir la inmunidad más de lo que se espera. En este artículo exploraremos el papel de los corticoides, sus importantes beneficios y riesgos. Además de contarte las opciones antiinflamatorias sin corticoides.
Los corticoides, corticoesteroides o esteroides son una clase de hormonas que se producen en diversas glándulas del cuerpo de manera natural. Los principales lugares que tienen interés farmacológico son:
Por lo tanto, lo que se busca con los corticoides sintéticos es imitar la acción de alguna hormona natural y se prescriben según la condición médica que se quiera tratar. En el caso de este artículo son las hormonas suprarrenales.
Cómo una de las funciones principales de la glándula suprarrenal es controlar (en muchos casos frenar) al sistema inmunológico.
Además de las enfermedades autoinmunes, la inflamación puede ocurrir por:
En los casos donde hay mucho dolor o un avance rápido de la inflamación el profesional de la salud lo puede indicar. Principalmente porque al inhibir la liberación de sustancias químicas proinflamatorias el dolor también se reduce. Aunque por el efecto en la reducción de la capacidad inmunológica es utilizado en procesos cortos y puntuales. En los casos más leves o comunes se usan antiinflamatorios no esteroidales (sin corticoides).
Los NSAID (antiinflamatorios no esteroideos, por sus siglas en inglés) son un grupo de medicamentos que también logran reducir la inflamación, pero lo hacen bloqueando procesos posteriores a la acción del sistema inmune (no afectan las defensas) que incluso permite reducir la fiebre. Es decir, no actúan sobre las defensas. Los más conocidos son el ibuprofeno (Advil) y naproxeno (Aleve).
Es crucial entonces entender que los corticoides son medicamentos potentes, pero que pueden tener efectos secundarios significativos, especialmente si se usan a largo plazo o en dosis altas. Por eso, su uso debe ser siempre bajo la supervisión médica donde se evaluará los riesgos y beneficios de cada paciente y su contexto. Lo mismo con los ANE, que pueden, si se usan en altas dosis incluso ser mortal (aunque es muy poco probable). Nunca te automediques.
Por Carlos Diego Ibáñez
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