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  • La enfermedad de Crohn sucede, igual que pasa con la colitis ulcerosa, cuando el sistema inmune genera una sobre reacción en alguna parte del intestino. Actualmente no tiene cura, pero la investigación nos está ayudando a entenderla mejor y así poder buscar un tratamiento más efectivo contra los síntomas.
  • Para tratar la enfermedad de Crohn, en la que el sistema inmune inflama alguna zona del intestino, se utilizan de manera convencional medicamentos que van desde los antiinflamatorios, los corticoides y los supresores del sistema inmune. Aunque el mayor avance en el control de los síntomas se ha dado con los tratamientos biológicos, es decir, anticuerpos que bloquean procesos de la inflamación de manera mucho más puntual.
  • La enfermedad de Crohn puede producir inflamación en diversas zonas del intestino, lo que la hace muy heterogénea y dificulta la elección del tratamiento. Por este motivo se han investigado formas personalizadas como el tratamiento con células madre, adaptar la dieta en el caso de que haya algún alimento que pueda estar generando una reacción adversa o un trasplante de heces donado por un cercano para recuperar la microbiota.

Dentro de las enfermedades inflamatorias, las intestinales son las más complejas de tratar. Principalmente, porque es muy difícil dar con una solución que pueda dejar atrás los malestares. Hasta el momento, las enfermedades inflamatorias intestinales (EII), de causa autoinmune, no tienen cura por lo que se transforman en enfermedades crónicas. En este artículo exploraremos las diversas opciones terapéuticas con la que los profesionales de la salud pueden contar para ganarle la batalla a esta enfermedad crónica.

¿Enfermedad de Crohn?

La enfermedad inflamatoria intestinal, como te lo contamos en un artículo reciente, comprende a dos tipos de enfermedades: la de Crohn y la colitis ulcerosa. La primera se debe principalmente a:

  • Desregulación del sistema inmune, es decir, que se produce inflamación en zonas del intestino cuando no debería ser así; por ejemplo, cuando está trabajando con la microbiota.
  • Hay cambios en la microbiota intestinal (disbiosis). Esto sucede comúnmente al tener una dieta poco equilibrada y en enfermedades crónicas como la diabetes u obesidad. Eso sí, aún no se sabe si hay ciertos microorganismos específicos que causen la enfermedad de Crohn.
  • Hay cierta susceptibilidad genética que es activada por factores del ambiente.

Al tener tantas posibles causas, aún no se tiene una respuesta definitiva de cuál es la principal. Si se conociera, sería mucho más sencillo poder prevenirla o ‘atajarla’ antes de que se agrave. Esto gana importancia dado que la enfermedad de Crohn está afectando a 1 de cada 100 estadounidenses. Además, esta enfermedad puede llevar al cáncer colorrectal.

El tratamiento debe ser personalizado

Por la naturaleza impredecible de la enfermedad de Crohn, principalmente porque varía entre las personas las zonas de inflamación y los síntomas que padecen, es muy complejo manejarla. Por ello es imprescindible adaptar el tratamiento a cada persona.

El tratamiento convencional, y de primera línea se compone de:

  • Medicamentos: Primero se indican antiinflamatorios para reducir los síntomas. Estos pueden ser corticoides, los que son efectivos, pero solo se pueden usar por un tiempo corto. Otra opción son los supresores del sistema inmune como el metotrexato, el cual se utiliza de manera más prolongada en otras enfermedades autoinmunes y el embarazo ectópico, pero puede afectar el hígado.
  • Tratamiento biológico: Un gran avance en el tratamiento de las enfermedades autoinmunes ha sido el uso de anticuerpos para bloquear ciertas proteínas involucradas en los procesos inflamatorios. Estos medicamentos (terminados por ejemplo en ‘-nib’ o ‘-mab’) han mostrado gran efecto en lograr un control en una zona específica del cuerpo.
  • Antibióticos: Aunque no se sabe bien que microorganismos pueden desencadenar, o mantener, la enfermedad de Crohn se ha visto que ciertos antibióticos han ayudado a controlar la disbiosis y reducir la inflamación.

Si bien la tecnología permite adaptar de mejor manera los tratamientos anteriores, están apareciendo una segunda línea que permiten personalizar aún más:

  • Terapia con células madre: Tal como se ha hecho en otras enfermedades crónicas, se ha intentado extensiblemente utilizar células de la misma persona para que pueda reparar tejido dañado y ayude a reducir la respuesta humana; pero aún está en etapas iniciales de investigación.
  • Trasplante de microbiota fecal: Igual que con la infección de Clostridium difficile, una bacteria que vive en nuestra microbiota, pero se activa con el uso constante de antibióticos, el trasplante de heces ayuda a devolver nuestra microbiota a su estado saludable. Estas muestras son donadas por alguna de las personas que viven con nosotros, por lo que debe tener microorganismos intestinales similares.
  • Intervención de la dieta: Se ha visto que en pacientes con Enfermedad de Crohn se les activan alergias alimentarias; lo que aumentaría la inflamación intestinal igual como lo haría una celiaquía o alergia a la caseína. Por lo que adaptar una dieta, según los resultados que se obtengan asegura una reducción de la inflamación.

Por otro lado, es conocida la relación entre el intestino y el sistema nervioso, por lo que una tercera línea de tratamiento corresponde a los del tipo holístico. Para la Dra. Jennifer Seminerio, de la Universidad del Sur de Florida “la medicina alternativa y complementaria está tomando una mayor importancia, principalmente porque la evidencia muestra que esto ayuda a reducir los síntomas, especialmente la inflamación; eso sí, es complementario, los tratamientos médicos nunca deben ser dejados, apunta.

Por Carlos Diego Ibáñez
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Imagen: ©Shutterstock / Emily frost

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