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  • Los corticoides imitan hormonas producidas por la glándula suprarrenal, lo que permite regular el sistema inmune en casos como enfermedades autoinmunes, alergias o inflamación.
  • El uso de corticoides sin la supervisión médica puede acarrear un debilitamiento del sistema inmune, osteoporosis y aumento de peso. Es muy importante recurrir al profesional de la salud e intentar utilizar antiinflamatorios no esteroideos. Pero siempre previa consulta médica.
  • Los antiinflamatorios no esteroideos son una opción para reducir el dolor, la inflamación y la fiebre cuando no conviene el uso de corticoides. La gran diferencia entre ellos es que los primeros si se utilizan por mucho tiempo pueden traer problemas hepáticos, renales y gastrointestinales, mientras que los segundos pueden afectar al sistema inmune.

Hace muchos años apareció como una nueva opción para aliviar dolencias y enfermedades inmunológicas el grupo de medicamentos llamados corticoides. Sin embargo, su uso debe ser cuidadosamente considerado y siempre bajo la supervisión de un profesional de la salud. Esto principalmente porque, como todos los medicamentos, tiene efectos secundarios que deben ser sopesados a la hora de usarlos: en este caso es porque puede reducir la inmunidad más de lo que se espera. En este artículo exploraremos el papel de los corticoides, sus importantes beneficios y riesgos. Además de contarte las opciones antiinflamatorias sin corticoides.

¿Qué son los corticoides?

Los corticoides, corticoesteroides o esteroides son una clase de hormonas que se producen en diversas glándulas del cuerpo de manera natural. Los principales lugares que tienen interés farmacológico son:

  • Glándulas suprarrenales: mediante un gran abanico de hormonas esteroides se logra la regulación de diversos procesos como la respuesta inmunitaria y la inflamación. Los corticoides son hormonas sintéticas que imitan la acción de alguna de estas moléculas.
  • Testículos y ovarios: Las hormonas sexuales también son esteroides, pero que tienen funciones relacionadas con las características sexuales secundarias. Las pastillas anticonceptivas poseen progesteronas y/o estrógeno. Pero las más conocidas como ‘esteroides’ son los anabólicos que imitan a la testosterona, muy común en algunos deportistas que buscan mejorar sus capacidades físicas mediante la medicina.

Por lo tanto, lo que se busca con los corticoides sintéticos es imitar la acción de alguna hormona natural y se prescriben según la condición médica que se quiera tratar. En el caso de este artículo son las hormonas suprarrenales.

Función como inmunosupresor

Cómo una de las funciones principales de la glándula suprarrenal es controlar (en muchos casos frenar) al sistema inmunológico.

  • El cuerpo lo hace para mantener en ciertos parámetros los procesos donde hay alergia y en infecciones de patógenos conocidos (donde hay anticuerpos). Entonces controla el número de células que van al sitio de ‘ataque’.
  • Cuando el sistema inmune se activa es común que se genere inflamación, y en las enfermedades autoinmunes (donde no hay control) es uno de los primeros síntomas. Si esto no se controla, a largo plazo puede generar daño en los tejidos.
  • Para enfermedades como el lupus, la artritis o la enfermedad de Crohn el uso de corticoides puede ser beneficioso al suprimir la respuesta inmune. También se usa para impedir el rechazo de órganos.

Función antiinflamatoria

Además de las enfermedades autoinmunes, la inflamación puede ocurrir por:

  • Que se infecte un diente, ojo, oídos, una espinilla (barro) u otra área exterior.
  • Se produzca una enfermedad gastrointestinal, respiratoria o coronaria.
  • Problemas de filtración de la sangre o de la linfa, produciendo problemas renales y linfedema respectivamente.
  • Daños en de tendones, huesos o músculos.

En los casos donde hay mucho dolor o un avance rápido de la inflamación el profesional de la salud lo puede indicar. Principalmente porque al inhibir la liberación de sustancias químicas proinflamatorias el dolor también se reduce. Aunque por el efecto en la reducción de la capacidad inmunológica es utilizado en procesos cortos y puntuales. En los casos más leves o comunes se usan antiinflamatorios no esteroidales (sin corticoides).

Antiinflamatorios no esteroideos (AINE)

Los NSAID (antiinflamatorios no esteroideos, por sus siglas en inglés) son un grupo de medicamentos que también logran reducir la inflamación, pero lo hacen bloqueando procesos posteriores a la acción del sistema inmune (no afectan las defensas) que incluso permite reducir la fiebre. Es decir, no actúan sobre las defensas. Los más conocidos son el ibuprofeno (Advil) y naproxeno (Aleve).

Las grandes diferencias entre los corticoides y los AINES son:

  • Vía de acción: El efecto más potente sobre la inflamación y el sistema inmune lo logran los corticoides. Los NSAID no logran tanto efecto, pero si reducen mejor el dolor y la fiebre.
  • Efectos secundarios: En el caso de los corticoides, la reducción del sistema inmune, que puede ser crónico si se usan sin control, se le suma el riesgo de osteoporosis y aumento de peso. Mientras que los NSAID al ser un medicamento que no imita a una hormona debe ser activado en el hígado (esto te lo contaremos en la segunda parte), lo que puede tener efectos renales, hepáticos y gastrointestinales usándolos sin control o si se usa una dosis alta.

Es crucial entonces entender que los corticoides son medicamentos potentes, pero que pueden tener efectos secundarios significativos, especialmente si se usan a largo plazo o en dosis altas. Por eso, su uso debe ser siempre bajo la supervisión médica donde se evaluará los riesgos y beneficios de cada paciente y su contexto. Lo mismo con los ANE, que pueden, si se usan en altas dosis incluso ser mortal (aunque es muy poco probable). Nunca te automediques.

 

Por Carlos Diego Ibáñez
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Imagen: ©Shutterstock / luchschenF

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