A medida que las temperaturas globales aumentan, también lo hacen los riesgos de contagio. Entre ellas, una de las más preocupantes es el auge de los hongos patógenos por el cambio climático. El cambio climático presiona a ciertas especies fúngicas a adaptarse y expandirse más allá de sus antiguos límites. Su capacidad para adaptarse y sobrevivir en nuevas condiciones es un desafío para el futuro.
En este artículo hablaremos de ello, y además, miraremos el presente. Ya que te damos algunos tips para que puedas luchar contra las enfermedades fúngicas comunes.
Cómo el calentamiento global impulsa a los hongos patógenos
El vínculo entre los hongos patógenos y cambio climático es cada vez más evidente. Lo que alguna vez solo estaban zonas tropicales, hoy llegan a lugares templados e incluso fríos. ¿Qué está ocurriendo? Los entes patogénicos se van adaptando con el fin de poder contagiar y multiplicarse. Por ejemplo, a nuevas condiciones térmicas y geográficas. Algo que podría tener consecuencias profundas en la salud global.
Pero tranquilo, no estamos ni por cerca de una gran epidemia. O lo que se presenta en la popular serie “The last of us”, donde un hongo transformaba a las personas en zombis.
La adaptación térmica de los hongos
La temperatura corporal humana funciona impidiendo el ataque de muchas especies de hongos. Sin embargo, esta barrera está cediendo. Investigadores del Centro de Estadounidense de control y prevención de Enfermedades (CDC) han visto cambios. Han visto que el aumento de las temperaturas ambientales lleva a los hongos a adaptarse. Lo que les puede permitir desarrollar tolerancia térmica.
El calentamiento también está ampliando el rango de distribución de ciertos hongos. El Coccidioides immitis, responsable de la llamada “fiebre del Valle”, antes solo estaba en el suroeste de Estados Unidos. Hoy, los casos se registran hasta en el estado de Washington. Principalmente por los inviernos más cálidos y secos. Que luego le siguen lluvias intensas, que crean un hábitat ideal para su proliferación.
Beneficios potenciales
Los hongos no son solo patógenos. Existen múltiples especies beneficiosas que conviven con nosotros y con el medioambiente:
- En el cuerpo humano: ayudan a mantener el equilibrio del microbioma. Especialmente en la piel, boca e intestinos.
- En la naturaleza: descomponen materia orgánica, reciclan nutrientes y capturan carbono en los suelos.
- En la medicina y alimentación: producen antibióticos, fermentan alimentos y se usan en biotecnología.
Así como los hongos patógenos están adaptándose a nuevas condiciones, los hongos benéficos también pueden hacerlo. Este proceso puede que ayude a equilibrar la amenaza de los patógenos.
Prevención estacional de infecciones por hongos patógenos
Mientras nos preocupamos de los hongos y el cambio climático, también debemos pensar en el presente. La dermatóloga, Dra. Elisa Sciamanna, hace algunos apuntes sobre los cuidados que debemos tener para evitar un contagio fúngico. Especialmente el clásico pie de atleta.
Medidas clave en verano
El calor y la humedad hacen del verano una temporada crítica para el crecimiento de hongos en la piel. Estas son sus principales recomendaciones:
- Secado cuidadoso: Después de la ducha, seca bien los pies, entre los dedos, las axilas e ingle. Usa una toalla limpia y, si es necesario, aplica talco antifúngico.
- Calzado ventilado: Evita usar zapatos cerrados por largos periodos. Alterna los pares para que se aireen más de 24 horas entre usos. Usa calcetines que absorban la humedad, pero que no se queden mojados.
- Ropa adecuada: Prefiere tejidos como algodón o lino. Evita telas sintéticas que retienen el sudor.
- Piscinas y playas: Usa sandalias en vestuarios y duchas públicas. No apoyes la toalla directamente sobre superficies húmedas y seca el traje de baño al sol.
- Evita bolsas plásticas cerradas: Transporta la ropa, en mallas para evitar la “cámara húmeda”. Que favorece el crecimiento de mohos.
Cuidados específicos en invierno
Aunque solemos asociar a los hongos con el calor, el invierno también representa riesgos importantes. Sobre todo por la condensación interior y el uso prolongado de ropa húmeda.
- Ventilación diaria: Abre ventanas al menos 10–15 minutos por día. Esto reduce la humedad interior y previene el moho en baños, techos y esquinas.
- Control de humedad: Mantén la humedad relativa entre 40% y 60%. Si puedes, usa deshumidificadores o sensores de humedad ambiental.
- Ropa y calzado: No guardes ropa o calzado húmedo. Seca las botas con calor indirecto y no apiles chaquetas mojadas.
- Textiles naturales: Usa calcetines de algodón o lana, que absorben la humedad del pie. Evita que se mojen por nieve o sudor.
- Revestimientos y materiales del hogar: Antes que llegue una lluvia, revisa las juntas en tu casa. Para impedir filtraciones que fomenten moho. Si puedes, pinta con productos anti-moho.
Puedes revisar en estos artículos sobre cuidados en invierno y verano.
¡Un poco de prevención cada día puede marcar la diferencia entre una piel sana y un verano o invierno “infeccioso”! Adaptando los hábitos —desde el secado hasta la ventilación— lograremos mantenerlos a raya.
Y, por otro lado, el cambio climático está ampliando el reino de los hongos patógenos. Adaptarnos y anticiparnos es la clave. Así no nos dejamos sorprender por este silencioso alzamiento fúngico.
Preguntas frecuentes
¿Por qué el cambio climático favorece a los hongos patógenos? El aumento sostenido de temperaturas lleva a desarrollar tolerancia térmica. Esto les permite adaptarse a ambientes más cálidos. Como son el cuerpo humano o nuevas regiones.
¿La fiebre del Valle se puede prevenir? Sí. Evita la exposición prolongada al polvo en áreas áridas. Además, mantén una buena ventilación en interiores. En zonas donde siempre ha estado, se recomienda monitoreo constante.
¿Los hongos también afectan los alimentos? Sí, muchas enfermedades fúngicas atacan cultivos clave como trigo, arroz y maíz. También pueden generar toxinas que contaminan los alimentos. Lo que puede afectar la salud humana.
¿Todos los hongos son perjudiciales? No. Existen hongos beneficiosos. Ellos cumplen funciones vitales en el ambiente y en el cuerpo humano.
¿Qué medidas tomar en casa durante el invierno para evitar hongos? Ventila los ambientes diariamente al menos 15 minutos. Mantén la humedad relativa entre 40% y 60% y evita guardar ropa o calzado húmedos en lugares cerrados.
¿Los hongos pueden crecer por la calefacción? Sí, especialmente si se combina con mala ventilación. La calefacción incrementa la condensación en ventanas y paredes. Generando ambientes propicios para el moho.
¿Debo preocuparme por los hongos en piscinas o playas? Sí. Las superficies húmedas como duchas, bancos o toallas mal secadas pueden contener esporas. Usa sandalias y no apoyes ropa directamente sobre el suelo. Seca tus prendas al sol.
Por Carlos Diego Ibáñez
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