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  • Todos los adultos, especialmente los padres y cuidadores, son los que deben entregar la experiencia y ejemplo para que los niños puedan aprender a regular sus emociones, resolver conflictos. En conjunto les ayudará a poder crecer desde la paz. La principal clave está en tener un ambiente que invite a la tranquilidad, paz y comunicación de las emociones.
  • El trabajo de la crianza para la paz implica principalmente enseñar con el ejemplo. Por eso es muy importante sanar como adultos y encontrar formas de mostrarnos a nuestros hijos que también tenemos fallos. El trabajo en familia y en comunidad es muy importante. Mediante la meditación, mindfulness, actividades recreativas y de ejercicio practicada en familia es mucho más sencillo lograrlo.
  • Los hijos aprenden desde el ejemplo, por lo que ellos aprenden de nuestras acciones, no nuestras palabras como poder solucionar conflictos. Es clave mostrarnos pacíficos y que todos los adultos también puedan hacerlo. Las pantallas también actualmente son una fuente de aprendizaje para los niños, por lo que es importante trabajar en torno a ello y usarlo a nuestro favor para enseñar.

Estamos en un mundo donde cada vez tenemos que ser capaces de hacer más cosas en un día lo que hace difícil sentirnos en paz y armonía; especialmente si se trata de criar a nuestros hijos para que sean seres pacíficos. La receta no existe, pero intentando sanar nosotros mientras criamos a nuestros hijos, dándonos tiempo para nosotros quizá pueda ser un camino para seguir. En este artículo hablaremos de algunas formas en que tus hijos puedan navegar las dificultades de aprender a lograr la calma y empatía necesarias para las dificultades de la vida contemporánea.

Cultivar la regulación emocional

Uno de los pilares de criar para la paz es enseñar a regular las emociones. Los padres y cuidadores pueden guiar a sus hijos a entender y manejar sus emociones de manera efectiva. Eso sí, no es tan fácil como se piensa. Principalmente porque nosotros los padres raramente fuimos educados para ello. […] Es en nosotros donde debemos abrir el espacio para la paz, principalmente mediante ejemplo y acciones; la palabra es fácil, pero la acción cotidiana cuesta mucho más”, comenta Katherine Subiabre, profesora escolar y terapeuta holística.

Primero debemos como padres entender que muchas veces podemos fallar. Incluso aceptar el fallo y reconocer nuestras propias fallas al estar dando lo mejor de nosotros mismos, sirve para educar para la paz”, apunta la experta. Es necesario como familia encontrar formas para darle nombre y entender las emociones que sentimos, al igual que las que otros pueden estar sintiendo. Algunas opciones pueden ser:

  • Meditación y mindfulness. En un artículo anterior mostramos lo importante que es poder en familia meditar y encontrar espacios para internalizar lo que vivimos en nuestro día a día. Además, en este video te mostramos la importancia de meditar para las relaciones personales.
  • Realizar actividades recreativas.Simplemente [se debe] estar presentes y sin distracciones al aire libre, conectando como familia con la naturaleza. Buscar la forma de encontrar la paz a los sentimientos en conjuntos y en comunidad”, agrega la educadora.
  • Ejercitarse. Según el nivel de cada persona y sus gustos, es importante ejercitarse. Esto permite regular mucho más las emociones, activar las células del cuerpo y poder entendernos mejor. El yoga, el trekking, el gimnasio o deportes colectivos son una excelente forma. Este es un camino a la felicidad.

Aprender en casa a solucionar conflictos

Tener diferencias con los demás es una parte inevitable de la vida, y enseñarles a nuestros hijos como poder solucionarlos es una habilidad crítica para la vida y un rasgo de una persona pacífica. Los adultos somos el ejemplo que la infancia toma. Ellos ven como resolvemos los conflictos en casa, en nuestro trabajo, en nuestras propias situaciones personales”, reflexiona Katherine. 

  • Ella nos invita a preguntarnos como nosotros mismos resolvemos nuestros problemas¿con compasión, empatía, frustración o rabia? Esa es la real enseñanza a los hijos”.
  • Hay que ser conscientes que todo lo que hacemos frente a los niños ellos lo verán, lo estudiarán y lo internalizarán “desde todas las figuras de cuidado cercanas; desde sus abuelos hasta lo que ven en las pantallas”, aclara.

Las pantallas pueden ser en muchos casos una fuente de sobreestimulación que puede causar muchas dificultades para regular las emociones, trabajar la calma o ser empáticos; pero también puede servirnos para trabajar la resolución de conflictos con nuestros hijos al acordar cierto tiempo diario de uso.

En síntesis, el ambiente en casa, junto con la forma en que nosotros mismos vivimos nuestra vida será pivote para criar niños pacíficos y que puedan afrontar su vida. Establecer rutinas que promuevan la paz y el mindfulness generará en ellos una huella que se mantendrá para toda la vida. “Finalmente educar a los niños y niñas de hoy promoverá que surja una nueva generación de seres conscientes y que podrán hacer del mundo un lugar apacible para vivir”, cierra la profesional.

 

Por Carlos Diego Ibáñez
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Imagen: ©Shutterstock / Roman Samborskyi

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