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Todos hemos sentido ese punzante dolor al levantar una olla pesada, teclear sin parar o después de una sesión intensa de ejercicio. A menudo lo llamamos “tendinitis” de manera automática, pero en realidad existen dos caras de la misma moneda: la tendinitis, un proceso inflamatorio agudo, y la tendinosis, una degeneración crónica del tendón que pasa desapercibida hasta que el daño es considerable.

En este artículo, junto al apoyo de una fisioterapeuta especialista en geriatría, Andrea Avalos, te ayudaremos a que conozcas como aliviar el dolor, acelerar la curación y devolver al tendón lo más cercano a como estaba originalmente.

Diferencias entre tendinitis y tendinosis

El término general tendinopatía engloba todas las enfermedades propias del tendón. Dos de ellas, de acuerdo con la fisioterapeuta (kinesióloga) Andrea, son:

Tendinitis: Es una inflamación aguda del tendón causada por micro desgarros debido a esfuerzos repentinos o excesivos. El término “-itis” refiere a inflamación activa y aguda de los tendones. Los síntomas incluyen dolor localizado, calor, enrojecimiento e hinchazón en la zona afectada. Esta inflamación suele durar algunas semanas y responde bien al reposo y a medicamentos antiinflamatorios.

Tendinosis: Es un proceso crónico que implica la degeneración del colágeno del tendón, generalmente por sobreuso sin descanso adecuado. No presenta signos típicos de inflamación, pero causa dolor difuso, engrosamiento del tendón y rigidez matutina. Este proceso puede durar meses y no responde a los antiinflamatorios convencionales.

Muchos diagnósticos de “tendinitis” ocultan en realidad una tendinosis. Identificar correctamente el proceso es clave para elegir terapias eficaces.

Causas comunes de tendinopatías

Sobrecarga mecánica

Es la causa más común. Movimientos repetitivos, posturas inadecuadas o esfuerzos repentinos son las causas más comunes. Por ejemplo, trabajos que requieren estar en la misma posición por mucho tiempo, deportes de raqueta o herramientas de mano pueden sobrecargar los tendones.

Factores propios

La edad avanzada, un músculo excesivamente fuerte frente a un tendón más débil y cambios hormonales también influyen. Por ejemplo, después del parto, las nuevas madres pueden experimentar tendinitis en los hombros debido a cambios hormonales y sobrecarga física.

Factores externos

Superficies duras, calzado inadecuado o cambios bruscos en la intensidad del entrenamiento pueden contribuir a estas lesiones.

Factores genéticos y sistémicos

Condiciones como diabetes y colesterol elevado pueden debilitar los tendones al afectar la síntesis de colágeno.

Si la sobrecarga es súbita, predomina la tendinitis; si es repetitiva y prolongada, evoluciona hacia tendinosis.

¿Cómo diferenciar tendinitis de tendinosis?

Característica

Tendinitis

Tendinosis

Duración del dolor

Días a semanas

Semanas a meses

Signos inflamatorios

Calor, enrojecimiento, hinchazón

Ausentes o leves

Examen palpatorio

Dolor localizado, hinchazón

Dolor difuso, engrosamiento sin calor

Un diagnóstico preciso requiere evaluación clínica y, a veces, imágenes como ecografías para confirmar el estado del tendón.

Tratamiento de la tendinitis y tendinosis

En la fase aguda (tendinitis):

  • Reposo relativo: Evita esfuerzos excesivos, pero mantén cierta movilidad.
  • Crioterapia: Hielo 15-20 minutos tras la actividad.
  • Antiinflamatorios: Ibuprofeno o naproxeno para controlar el dolor a corto plazo. Cuidado si se tiene alergias, evita la automedicación.
  • Elevación y compresión si es en tobillo o rodilla.
  • Consulta a un especialista para evaluar la necesidad de fisioterapia.
  • Evita el uso de corticoides por un largo tiempo, ya que inhiben la síntesis de colágeno, lo que retrasa la recuperación.

En la fase crónica (tendinosis):

  • Ejercicios controlados: Estiramientos bajo carga lenta para mejorar la alineación de las fibras colágenas. Idealmente que sean recetados por un fisioterapeuta.
  • Terapia manual: Fricción profunda para estimular la regeneración del colágeno.
  • Reeducación biomecánica: Corrección de posturas y patrones de movimiento.
  • Nutrición adecuada: Suplementación con vitamina C, zinc y proteínas para la síntesis de colágeno.

Prevención a largo plazo

  1. Calentamiento adecuado: Movilidad articular antes del ejercicio.
  2. Fortalecimiento equilibrado: Trabajo muscular completo para prevenir desbalances.
  3. Flexibilidad: Actividades como yoga o pilates para mejorar el rango de movimiento. Además, nos ayuda a conocer las propiedades de nuestro cuerpo.
  1. Ergonomía: Ajusta tu espacio de trabajo para reducir tensiones repetitivas.
  2. Nutrición: Asegura una dieta variada rica en nutrientes, vitaminas y minerales esenciales.
  3. Control de factores sistémicos: Manejo de condiciones como diabetes y colesterol elevado.

¿Cuándo consultar a un especialista?

  • Dolor persistente por más de 3-6 meses.
  • Dolor nocturno o en reposo.
  • Signos de ruptura tendinosa como chasquidos o deformidad.
  • Compresión nerviosa secundaria, como en el síndrome del túnel carpiano.

En estos casos, se considera:

  • Ondas de choque: estimulan neovascularización y remodelación colágena en tendinosis que no mejora con nada (refractaria).
  • Infiltraciones con plasma rico en plaquetas (PRP): Estos favorecen la reparación, aunque la evidencia aún es mixta. Las infiltraciones con corticoides pueden ser, al hacerlo de manera correcta, una solución rápida en una tendinitis aguda.
  • Cirugía: último recurso cuando el tendón está severamente degenerado y no responde a otras terapias.

Preguntas frecuentes

  • ¿Se puede curar completamente una tendinosis?
    Sí, pero requiere tiempo, descanso y rehabilitación adecuada. Especialmente reconocer si estamos frente a una tendinosis y no una tendinitis.
  • ¿Los antiinflamatorios ayudan con la tendinosis?
    No, porque no es un proceso inflamatorio sino degenerativo. Por eso tampoco se debe usar corticoides.
  • ¿El frío o calor es mejor para la tendinitis?
    El frío es mejor para reducir la inflamación aguda.
  • ¿Puedo hacer ejercicio con tendinosis?
    Sí, pero debe ser bajo supervisión y con ejercicios controlados.

Por Carlos Diego Ibáñez
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