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De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2016, 41 millones de niños menores de cinco años estaban en sobrepeso o eran obesos, y había más de 340 millones de niños y adolescentes (de 5 a 19 años) con sobrepeso u obesidad. La obesidad no es cuestión de estética, es un problema de salud pública que se puede prevenir. En esta columna discutiremos la importancia de ayudar a los chicos a lograr un peso saludable y a mantenerlo, además de las causas de la obesidad, sus consecuencias y cómo prevenirla.

El mes de septiembre es el Mes Nacional de Concientización sobre la Obesidad Infantil. Se observa junto con el American College of Sports Medicine por la importancia del ejercicio y el deporte en el control del exceso de peso y la obesidad infantil. Es uno de los retos mundiales del siglo XXI. Es un problema que está afectando a muchos países de bajos y medianos ingresos, especialmente en áreas urbanas. La OMS calcula que de 2006 a 2016 aumentó en, los niños y adolescentes de 11 millones a 124 millones.

De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en Estados Unidos entre 2017 y 2018, la prevalencia de obesidad en los niños y los adolescentes entre los 2 y los 19 años era del 19.3% y afectaba a 14.4 millones de chicos en ese grupo de edad. Específicamente, la prevalencia era de 13.4% entre los de 2 a 5 años, 20.3% entre los de 6 a 11 años y 21.2% entre los de 12 y 19 años. Y de todos los grupos étnicos, la obesidad era más prevalente entre los niños hispanos, en donde el 25.6% estaban obesos. También se notó una correlación en que la prevalencia de obesidad disminuía a medida que aumentaba el nivel de educación del jefe del hogar y en los grupos de mayores ingresos.

 ¿Qué es la obesidad?

Aunque los parámetros de obesidad y sobrepeso han cambiado a través del tiempo, ambos se definen como un exceso de la grasa corporal. Como parte de su examen regular, el doctor calcula el índice de masa corporal (IMC) y determina en donde corresponde en la Tabla de Crecimiento de IMC-por-edad. El IMC ayuda a mostrar si está en sobrepeso de acuerdo con su edad o su estatura. 

Usando la tabla de crecimiento, su médico obtiene el percentil de su hijo, es decir, cómo se compara su hijo con otros niños del mismo sexo y edad. Por ejemplo, si su hijo está en el percentil 80, significa que, en comparación con otros niños del mismo sexo y edad, el 80% tiene un IMC más bajo. 

La tabla de crecimiento la establecieron los CDC para ayudar a determinar la severidad del problema de peso. El resultado significa los siguiente:

  • Un IMC entre un percentil de 85 y 94 es sobrepeso
  • Un IMC con un percentil de 95 o más es obesidad
  • Un IMC con un percentil de 99 o más es obesidad severa

Como hay factores que no se toman en cuenta en la tabla de crecimiento, como el tener un cuerpo más grande que el promedio, ser musculoso y ya que los patrones de crecimiento varían mucho de un niño a otro, el médico toma esto en consideración para establecer si el peso del chico es problemático o no. 

Además, toma en consideración los antecedentes familiares de obesidad, de diabetes, de hipertensión, de ataque al corazón prematuro, etc.; otros problemas de salud que tenga el chico; sus hábitos alimenticios y de ejercicio; y sus antecedentes psicosociales. Esto último se refiere a historia de depresión, de ansiedad, de dificultad para dormir, intimidación o acoso, de sentirse solo, etc.

Otras formas de determinar si tu hijo está en riesgo de desarrollar obesidad incluyen: 

  • Tu médico trazará el IMC del niño cada año para ver si hay un aumento repentino.
  • Tu médico tomará nota si tu bebé sube de peso muy rápido en la infancia; y de acuerdo con el peso al nacimiento y si tuviste diabetes gestacional, éstos también son factores que pueden aumentar el riesgo de que el chico desarrolle obesidad y diabetes tipo 2 más adelante.
  • Si tu hijo tiene antecedentes familiares de diabetes tipo 2, hiperlipidemia, hipertensión, apnea del sueño o ataque al corazón prematuro, también podría estar en riesgo de desarrollar obesidad y sus complicaciones.

Causas de la obesidad

Hay varias razones por las cuales un niño o un adolescente sea obeso, incluyendo causas médicas o genéticas. Sin embargo, la mayoría de las veces se debe a que comen alimentos que no son saludables y/o a que llevan una vida sedentaria. Repasemos las causas de la obesidad:

  • Factores relacionados al comportamiento: comer porciones más grandes, comer alimentos altos en calorías y bajos en nutrientes (comida chatarra), pasar mucho tiempo frente al televisor o a la computadora, y pasar muy poco tiempo haciendo actividades físicas.
  • Factores genéticos: predisposición a la obesidad cuando al menos un padre es obeso. Aunque se deba a los genes, hay cosas que el chico(a) puede hacer para disminuir el riesgo.
  • Factores ambientales: falta de acceso a opciones de alimentos saludables, tener acceso fácil a comida chatarra alta en calorías (esto puede suceder en familias en donde otros están en sobrepeso también), tener pocas oportunidades de hacer ejercicio, la falta de parques y áreas seguras en donde se puede hacer actividad física en algunos vecindarios.
  • Factores psicológicos: algunos niños o adolescentes comen para lidiar con el estrés o con sus emociones. A veces imitan a sus padres. Otros comen por aburrición.
  • Medicamentos: tomar esteroides, algunos antidepresivos, litio, gabapentina, propanolol, otras medicinas.
  • Algunas condiciones médicas que causan obesidad: como hipotiroidismo, síndromes genéticos como Prader-Willi, y otras.

Si existe la posibilidad de que la obesidad tenga un componente médico o tienes dudas, consulta a su médico.

Tratamiento de la obesidad:

El tratamiento de la obesidad infantil involucra a toda la familia. El apoyo familiar es clave para lograr la meta. Las terapias incluyen:

  • Dieta: Lo ideal es consultar a un dietista o nutricionista registrado que se especializa en niños y/o adolescentes. Es importante que les enseñe a leer las etiquetas, que entiendan a comer más despacio, las porciones y sus hábitos.
  • Actividad física: Es una parte clave en el tratamiento de la obesidad. Generalmente, dependiendo de la edad, se recomienda que hagan mínimo una hora de ejercicio diariamente. Si hacen algo que les agrada es más fácil que lo hagan regularmente y que lo sigan haciendo durante mucho tiempo.
  • Modificación de conducta: El estilo de vida y los comportamientos se establecen a temprana edad. Cambiar los hábitos alimenticios, aumentar la actividad física, el educarse acerca de cómo mejorar la nutrición, cómo establecer metas realistas toma tiempo. Es importante tener paciencia y el apoyo de la familia. A veces, participar en un grupo de apoyo puede ayudar también en el proceso.
  • Cirugía: La cirugía bariátrica se considera en los adolescentes en casos extremos, cuando no han podido perder peso. Especialmente cuando tienen otras condiciones médicas que mejorarían con la cirugía. Existen ventajas y desventajas que se deben discutir con su médico. No es una cura milagrosa. No garantiza que el adolescente perderá el peso a largo plazo y no reemplaza la necesidad de que lleve una dieta saludable y de que haga ejercicio regularmente.

Consecuencias físicas y emocionales a largo plazo de la obesidad

Los niños y los adolescentes con sobrepeso u obesos tienen mayor riesgo de ser adultos con sobrepeso u obesos y con una serie de problemas de salud. Entre los problemas de salud que pueden desarrollar están: asma, apnea del sueño, intolerancia a la glucosa, resistencia a la insulina, diabetes tipo 2, hipertensión, colesterol elevado, enfermedades cardiovasculares, problemas de la reproducción, problemas del hígado (hígado graso), piedras en la vesícula, reflujo gastroesofágico (acidez), dolores en las articulaciones y en los músculos y algunos tipos de cáncer. 

Además, tienen mayor riesgo de desarrollar discapacidades psicosociales incluyendo ansiedad, depresión, autoestima baja, peor calidad de vida y aislamiento social.

Prevención de la obesidad

De acuerdo con la Escuela de Salud Pública Harvard T.H. Chan, es muy difícil perder peso a cualquier edad una vez que se está en sobrepeso o se es obeso. Prevenir la obesidad en los primeros años de un niño (e incluso antes del nacimiento, mediante hábitos saludables durante el embarazo) confiere beneficios para la salud de por vida. Y es el camino más prometedor para revertir la epidemia mundial.

Las siguientes recomendaciones no son de Harvard, pero pueden ayudarte si tienes a un hijo(a) en sobrepeso u obeso:

  • Pon un buen ejemplo. Que comer saludable y hacer ejercicio regularmente sea una actividad de la familia.
  • Ten bocadillos saludables disponibles. Como fruta con yogurt bajo en grasa, apio o zanahorias con humus o palomitas de maíz (rosetas, popcorn) sin mantequilla en vez de comida chatarra.
  • Ofrece alimentos nuevos varias veces. No te desanimes si tu hijo no lo acepta de inmediato. Se requieren varias exposiciones a un alimento para que lo acepte. Ten paciencia.
  • No lo recompenses con comida. Selecciona otros premios si se porta bien.
  • Procura que tu hijo(a) duerma lo suficiente. La falta de sueño aumenta el riesgo de desarrollar obesidad y aumenta los desbalances hormonales que aumentan el apetito.

¡Buena suerte!

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Imagen: ©Shutterstock / First Glimpse Photography

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