El siglo XX nos trajo las pantallas, que los jóvenes de 15 a 18 años están mirando diariamente por casi 8 horas. Eso hace preguntarnos si estar mirando fijamente por esa cantidad de tiempo a un punto fijo quizá puede no ser tan saludable. Dentro de ese debate aparece la luz azul: Algunos dicen que puede traer daños irreparables a los ojos y otros simplemente dicen que no. En este artículo hablaremos de ese tipo de luz y el efecto que al parecer tiene en nuestra salud y ojos.
La luz que nuestros ojos pueden ver es un pequeño segmento de toda la luz posible. El espectro visible, como se llama, está justo entre el infrarrojo y el ultravioleta. Quizá ambos sean conocidos, porque el primero es el que se emite al producir calor (y es medida por los termómetros láser) y el segundo, los UV, están relacionados con el cáncer de piel y daño ocular.
La luz azul, al igual que todos los otros colores del espectro visible, llega a la tierra de manera natural desde el sol y además tiene una gran importancia para nuestro cuerpo: Se ha visto que un rango de la luz azul juega un rol clave en regular nuestro ritmo circadiano (del que te hablamos en algunos artículos anteriores).
Es decir, si estamos enfrentados a luz, especialmente la azul, en momentos que no son adecuados nos costará saber cuándo estar activos y cuando hay que dormir.
Por otro lado, se ha presentado en los anuncios de filtros de luz azul que hay que utilizarlo porque este tipo de luz puede producir daños en las estructuras del ojo. Aunque al parecer, según lo que reportamos hace un tiempo, no hace una diferencia real.
“Se ha creado una industria que se centra en el miedo a la luz azul, pero lo que realmente terminan haciendo es quitar colores que son necesarios para la fotorecepción. Décadas de Investigaciones no han podido demostrar que la exposición ambiental a la luz azul pueda producir o empeorar algún daño físico en la mácula [capa de tejido sensible a la luz en el fondo del ojo]”, apunta el Dr. Martin Mainter, del departamento de Oftalmología de la universidad de Kansas, en un artículo de la Revista Americana de Oftalmología. Quien además apunta que los niveles fototóxicos están en los parámetros de intensidades lumínicas cercanas a 30 ampolletas caseras (2500 watt) o mirando directamente al sol.
La comisión internacional en iluminación coincide con que no hay evidencia de algún efecto adverso en la salud humana producida por exposición ocasional, dentro de los límites mencionados previamente. Aunque recomiendan tener precaución de estar constantemente expuesto, especialmente en los ojos de los niños, especialmente por el desconocimiento de estar altas horas diarias frente a pantallas.
Entonces, si no convence el efecto de las redes sociales y pantallas a la salud mental, la desregulación del ciclo circadiano debería hacerlo. Es clave comenzar a tomar medidas que reduzcan las horas de contacto a las pantallas
Por Carlos Diego Ibáñez
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