Nuestros hijos son un tesoro y queremos que su desarrollo sea el mejor posible. En Vida y Salud nos gusta ayudarte con los consejos más actuales en relación a la alimentación, el cuidado y la salud. En el caso de la salud oral te hemos contado sobre el cuidado de los dientes, los alimentos que mejor le hacen y qué hacer en algún accidente. Sin embargo, una preocupación es el color de los dientes y que acciones en la niñez pueden alterar el tono que tengan en la vida adulta. En este artículo te hablaremos de los mitos y verdades relativas a la coloración de los dientes.
Los dientes son órganos vivos que se componen de diversas capas donde la más externa y dura es el esmalte. “El esmalte está compuesto de nano cristales alineados, los que se unen mediante tubos microscópicos. Si el ordenamiento cambia o los tubos se enganchan mal, es posible aumentar la fragilidad o que les cambie su coloración por alguna molécula que se aloja”, apunta el Dr. Elia Beniash del departamento biología oral en la Universidad de Pittsburgh.
En esa línea la Dra. Carolina Bazo, odontopediatra experta en bebés del Centro Médico Materno Infantil Hábitat de Costa Rica indica que las claves en el color y salud del esmalte son:
Donde sí se ha visto una relación en la coloración permanente es en los antibióticos.
Consumir de más y en momentos donde no es necesario antibióticos ha mostrado contundentemente que será el problema del siglo XXI. Principalmente porque al hacerlo se producen bacterias patógenas con resistencia. Junto a eso, altera fuertemente nuestra microbiota intestinal generando complicaciones en el corto y largo plazo. Sin embargo, son una de las más fuertes herramientas médicas para combatir las enfermedades. Por ello hay que tomarlos cuando sea necesario y siempre en la dosis señalada por los profesionales de la salud.
Volviendo a los dientes, desde los años 70s se ha podido asociar el consumo, durante el embarazo hasta los primeros años de vida, de ciertos antibióticos del grupo de las amoxicilinas y las tetraciclinas con defectos en el esmalte y su coloración.
Eso sí, con un correcto seguimiento odontológico es posible revertir los efectos y de paso ayudar a que todos los dientes estén lo más sano posibles. Siempre la higiene oral, el cuidado odontológico mientras crecen y caen sus dientes, así como una alimentación saludable harán la diferencia.
Por Carlos Diego Ibáñez
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